domingo, 25 de septiembre de 2011

RAFAEL GUEVARA FIGUEROA

RAFAEL GUEVARA FIGUEROA
Un Poeta épico, lírico y Costumbrista: Autor del Himno del Departamento de Córdoba.
Por Rúber Burgos Alvis.
Poeta Rafael Guevara Figueroa, su hija Esperanza y esposa Graciela Mendoza Álvarez

Rafael Guevara Figueroa, poeta de pluma templada y lírico connotado, figura cimera de las letras chinuanas, con un asombroso parecido físico a Rafael Alberti (autor de “Cal y Canto” y “Marinero en Tierra”), nació en el corazón de las sabanas en 1914, año difícil de olvidar por haberse iniciado en él La Primera Guerra Mundial: acontecimiento histórico que cambió la geopolítica del globo a principios de siglo. Su obra poética, aún inédita, se compone de cinco libros titulados así: “Una Barca en el Sinú”, “Estampas Criollas”, “Humorismo en Gotas”, “Album Nativo” y “Mensaje Cósmico”. Antes de morir de Bogotá el 29 de Octubre de 1988 preparaba una obra de corte político titulada “Mosaico Azul”, con semblanzas de personajes conservadores, que van desde Guillermo León Valencia hasta Alvaro Gómez Hurtado.

El maestro Guevara es el autor del Himno de Córdoba y del Himno de Chinú.

Don Rafa, como le llamamos cariñosamente, fue miembro fundador del Centro Poético Nacional, con sede en la capital de la República, hizo parte del grupo cultural “Takasuán” de Chinú, y ocupó importantes cargos en el Leonismo y en el Directorio Unionista.

Fue Alcalde y Personero en el municipio de Sahagún, donde incursionó en política. También fue concejal de su pueblo natal. Tradujo a versos con el título “Epopeya Indiana” la obra “Capuniá” del escritor francés Jaime Exbrayat, quien desempeñó un importante magisterio en Montería y Córdoba.

El 30 de abril de 1987, en el Auditorium de la Casa de la Cultura de Montería, en un hermoso recital de viva voz, el insigne maestro entregó a los cordobeses “El Torrente Inmortal de su Poesía”. Aparece incluido en la obra LITERATURA EN EL SINU-SIGLOS XIX Y XX del escritor josé Luis Garcés González. Tomo I . Páginas 87 y 88. Parte de la cual se entregamos a cotinuación:

CANTO AL PILÓN.

Del son acompasado de la mano
que golpea en el rústico pilón,
escuchamos autóctona canción
de un pasado nostálgico y lejano.

Golpe brutal que resquebraja el grano
al chocar los maderos en acción,
mientras modula el conocido son
con que resuena en el confín cercano

Ese ton!, ton!, que tanto suena
con ritmo singular, por que morena
es la hembra que le da en el corazón.

Nos deja una impresión que no se borra
cuando hemos saboreado mazamorra
de maíz triturado en el pilón.


LA PEOR CUÑA

Para hablar con tino de esta vida
nos dice economista reputado:
“tomar debes la ruta del mercado
y el precio averiguar de la comida

Allí verás la cara compungida
de un pueblo a sus desgracias resignado
no solo por un peso devaluado
sino por una pesa más fallida.

Allí tendrás el peliagudo tema
para escribir un trágico poema
que sea para el pobre un buen regalo

pero habrás de exclamar ante la gula
de cada intermediario que especula:
“no hay peor cuña que la del mismo palo”.






Tomado de la Revista TRIBUNA, Publicación de la Casa de la Cultura de Chinú
Año I – Número 2 – Chinú, Agosto 1993

"UN GATO EN EL ACUARIO" : NOVELA DETECTIVESCA

“UN GATO EN EL ACUARIO” NOVELA DETECTIVESCA.
Por Rúber Burgos Alvis.

“Ha llegado el tiempo en el que todos los poetas tienen el derecho y el deber de sostener que están profundamente penetrados en la vida de los otros hombres, en la vida común”.
Paul Eluard.

Jorge Ozuna, uno de los personajes principales de la novela “Un Gato en el Acuario” de Carmen Victoria Muñoz, ‘había traficado con drogas en Miami, ganó dinero y se retiró al cabo de algunos años. Su socio y él eran independientes de cualquier otra organización y por eso pudo salirse antes de atarse para siempre’. (pag.13). Sin embargo, al fin del fallo, resulta implicado en un asesinato y termina convirtiéndose con su esposa en víctima de una terrible venganza ordenada por El Círculo, una siniestra y misteriosa organización criminal, que interrumpe bruscamente el curso de su destino, justamente cuando había decidido convertirse en un hombre de bien y disfrutar de su fortuna junto a su mujer y su hija de diecisiete años, en un elegante y exclusivo sector residencial de una tranquila ciudad del Caribe, “donde el sol desaparece dejando una estela de colores frente al mar” (Pag. 10).

Como quien dice, el hombre no pudo escapar de la trampa que le armó el destino, desde el momento mismo en que penetra en el mundo de espejismos del tráfico de alucinógenos, y, luego de quince años, queda literalmente atrapado en la fatalidad elegida por su propia voluntad.

Jean – Francois Fogel, periodista y escritor francés, especialista en asuntos hispanoamericanos, nos dice en su libro “El Testamento de Pablo Escobar”, además de otras cosas, lo siguiente: “Pablo Escobar no será nunca dueño de su destino porque es una figura pública made in USA que debe su fortuna y su poder a los consumidores estadounidenses de cocaína, a los banqueros y negociantes que comercian con él; y su notoriedad a los periodistas, procuradores, agentes federales y policías que lo denuncian, quienes tejen alrededor de él una trama de intereses que lo desborda”. (Obra citada pag. 51)... “Escobar deja atrás a sus rivales por haber comprendido que ascender, tanto en Colombia como en el resto de América, depende del dólar. Su negocio depende más de la colecta de billetes verdes que de la producción de polvo blanco” (pag. 52 ob. Cit.). “Estados Unidos dejó en manos de El Patrón ese producto made in USA de efectos devastadores, que él repartió en buena parte por los Andes y Colombia: el dinero fácil (pag.67 ob.cit.).

Refiriéndose a los antecedentes históricos de Colombia y a su pasado que cuenta en el siglo XIX con 63 guerras, miniguerras civiles y conflictos regionales, antes de una guerra civil inmensa, La Guerra de los Mil Días (1899 – 1902), que dejó cien mil muertes en un país que no debía contar con 4 millones de habitantes, seguido de algo peor: veinte años, de 1946 a 1966, designados como “La Violencia”. El autor francés nos plantea que “Escobar (o cualquier Escobar diría yo) tiene la edad de esta catástrofe. Se puede decir que es “un hijo de la violencia”. Y Colombia, en donde los conflictos y rivalidades sobreviven siempre después de los enfrentamientos políticos y de las luchas por el poder, sigue siendo un País de violencias cotidianas.

Carmen Victoria Muñoz, no por casualidad, enmarca la trama de su obra y de sus personajes en esta violencia de todos los días, en un país en crisis de todos los órdenes, donde se vive con miedo y se convive con el peligro, pero se aprende a vivir, a amar, a querer, a reír, a divertirse, con la misma facilidad que tuvieron Adán y Eva en el paraíso antes de atreverse a morder y mordisquear el fruto prohibido que se convirtiera a partir de entonces en la primera manzana de la discordia, que aún nos sigue acompañando.

Tampoco por casualidad, afirma el autor del libro sobre Pablo Escobar, citando a Esra Pound, que “los artistas son las antenas de la raza” y que esto no es nunca tan evidente como con los escritores latinoamericanos- en quienes se sustenta- que ven más lejos y profundizan más que los especialistas en ciencias humanas. Que sus novelas son el instrumento más potente que se haya forjado para estudiar el continente. Que los historiadores y sicólogos están menos bien equipados que los novelistas en un mundo en donde las representaciones del espíritu superan a los hechos materiales y en donde las peores desgracias se soportan como si fueran las señales de una lucha en curso entre ideas religiosas, políticas, mágicas y hasta patológicas, que terminarán por imponerse sobre los hechos; hasta el punto de sostener que “una broma más seria de lo que parece, pretende que si Kafka (el de La Metamorfosis) hubiera sido latinoamericano habría sido considerado un escritor costumbrista”.

En mi opinión, en la novela de Carmen Victoria, lo del gato y el acuario son una alegoría que simboliza a nuestra sociedad, en la que todos, o casi todos, somos como esos pececillos vulnerables, frágiles e indefensos que se mueven en aguas aparentemente mansas a merced de una mano fuerte y perversa, como la del capitán Gómez, el sicópata, que puede penetrar inesperadamente para sacarnos del acuario y arrojarnos a las fauces voraces e insaciables de un gato gordo, negro y enigmático que termine engulléndonos de una vez por todas.

“ La sumisión de cada uno a su destino sigue siendo una de las facetas más impenetrables de lo trágico latinoamericano... la seguridad es una pérdida de tiempo” (pag.134 de El Testamento de PE). Así lo demuestra el desenlace de la novela “Un Gato en el Acuario”. Samuel Ramírez, el exsocio de Jorge Osuna y antiguo amante de la bella Sara de Osuna, no pudo evitar dos tiros a quemarropa que le propinaron entre las diez y las once de la noche, según el médico legista que practicó el levantamiento, a pesar de sus estrictas medidas de seguridad. Para comprobarlo, nótese la descripción de Felo Montana, el detective privado contratado por Sara para investigar la supuesta desaparición de su marido, al llegar al edificio Chaljub al apartamento del abogado Tomás Bloom, donde se alojaba Ramírez desde hacía dos días, cuando había llegado a la ciudad: “ A la entrada del 502, había un individuo que no intentaba disimular el arma en el amplio bolsillo de su pantalón... Le dije que deseaba hablar con Samuel Ramírez. Me mostró los dientes y me contestó que el hombre no quería hablar con alguien como yo”. (pag.22).

A Jorge Osuna y a Sara, conscientes del peligro que los asechaba, cuando trataban de salir de la ciudad con el propósito de hacer lejos de ella, una nueva vida en otro lugar, los esperaba en la calle, al frente de su casa un hombre en una motocicleta grande. Felo Montana trató de prevenirlos. Ellos corrieron enloquecidos llamando a su hija Sandra de 17 años, que los rechazaba al enterarse de la realidad en que se hallaban envueltos. Desoyeron las advertencias del detective privado de la historia y, poco antes de llegar el Senador Durante, padre de Sara y del sargento Robles, “un muchacho se desprendió de uno de los arcos de laurel y enfiló una ametralladora contra ellos. La ráfaga los dobló y los lanzó contra la pared... poco después, el Senador, el detective y Lily Marín, la periodista amiga de Felo Montana condujeron a Sandra a una clínica, pues estaba en shock. El senador Durante, visiblemente desmoronado, anunció que no volvería a postularse para el próximo período... Luego, ya en su casa, Felo Montana recibió una extraña llamada, y desde el otro lado del teléfono una voz misteriosa, después de felicitarlo le advirtió: “Camine con mucho cuidado... No se tropiece...(!)”. La llamada se cortó sorpresivamente después de una risita y un silencio. (pag.93/95).

Graham Green, en su libro “Al Encuentro del General”, citado por Fogel en ‘El Testamento de Pablo Escobar’, hace notar, con una frase luminosa: “ En estos países, la política rara vez ha significado una simple alternancia entre partidos rivales en las elecciones; ha sido más bien una cuestión de vida o muerte”. (pag. 126/ El Testamento...)

Tanto en el libro de Carmen Victoria, cuanto en el polémico de Fogel, Samuel Ramírez, Jorge Osuna o Pablo Escobar, personifican una especie de revancha: “la posibilidad de ser algo distinto de un lejano deudor de Occidente; y hacen parte de ese “sueño de realización personal”... en el que “la ambición o hasta el simple deseo de sobrevivir se confunden tan frecuentemente con la persecución de los espejismos de la ciudad moderna, y resulta más equitativo describirlos como un grupo que llega a verificar cómo, a pesar de poseer medios por encima de lo común, nadie, jamás, en América Latina, llega al término de su viaje”, pues son producto de un continente signado por la pobreza, la violencia, la corrupción, la debilidad estatal y el fatalismo de su gente. No sin razón el autor acude a Alejo Carpentier para decirnos que “Los nuevos mundos deben ser vividos más que explicados” (pág.17) y a un personaje de García Márquez para recordarnos que para los europeos (y norteamericanos) “América del Sur es un hombre de bigotes, con una guitarra y un revólver”. (pág.9).

Pero debo volver, para terminar, a la obra de Carmen Victoria Muñoz. En una nota para El Universal Dominical del 22 de octubre de 1989, a propósito de su libro de cuentos “Quien no ha besado a Teresa?” decíamos de ella lo siguiente: “En sus relatos, Carmen Victoria, logra captar la atención, atrapar al lector. Mantiene vivo el interés, la expectativa. No obstante, desconcierta a veces por el tratamiento detectivesco, casi policíaco de la trama , que va urdiendo hábilmente, hasta dejarlo a uno literalmente intrigado, colgado de la brocha o perdido en una selva de interrogantes” y planteábamos preguntas difíciles de contestar.

Con su nueva novela “Un Gato en el Acuario” me atrevo a decir que estas aseveraciones se confirman. Pero aún más, hoy me aventuro a reafirmar con convicción, que ha entrado de lleno y sin retorno al género detectivesco y policíaco, pues, "Un Gato en el Acuario" es eso: una novela detectivesca. Sin embargo, esta vez no voy a formular interrogantes... que son muchos; que los formule el lector., y que el mismo lector, trate de resolver con acierto ese crucigrama de enigmas policíacos y sentimentales, en el que no podía faltar un doble triángulo amoroso; un periodista, un policía y un político...

Y, desde luego, una excelente escritora, para sustentar la contundente opinión de Paul Eluard, de que “Ha llegado el tiempo en que todos los poetas tienen el derecho y el deber de sostener que están profundamente penetrados en la vida de los otros hombres, en la vida común”.
Chinú, enero 25 de 1997.

POEMAS PARA EL EXILIO Y EL REGRESO

POEMAS PARA EL EXILIO Y EL REGRESO (*)
Por RUBER BURGOS ALVIS

No me engañes, marino
No me vengas a decir que tu mar no tiene orillas..!
Guillermo Valencia Salgado-Goyo

Tengo en mis manos El Mar y las Palabras (!), un libro de noventa poemas escritos en veinte años.

Su autor, Jorge Marel, es un calentano que no resistió más el exilio ni las noches oscuras de una ciudad glacial, habitada por fantasmas tenebrosos que inspiran terror bajo la lluvia.

Atrapado en ese infierno frío tenía que escapar sin pérdida de tiempo para buscar su mar y encontrar la paz espiritual que el hombre necesita para darle sentido a su existencia.

La temática de su poesía es diversa. A través de ella refleja distintas situaciones y deja traslucir sus estados de ánimo. La angustia, la felicidad, la incertidumbre. La ansiedad, el miedo, el fastidió, la indignación, la rabia.

Naturalmente, no puede sustraerse de su entorno social, ni del clima de violencia que marca irremediablemente nuestro tiempo.

A veces es un romántico puro, un inspirado vate. Inofensivo. Otras veces se nos vuelve trascendental, tremendista, testimonial. Después de todo. el hombre debe ser testigo de su época, protagonista de la historia, y no le resulta nada fácil meterse en una escafandra para sumergirse en lo irreal.

Lo que si es innegable es la presencia del mar. la soledad y la noche en su poesía. Entendidos estos elementos como una evasión o como un refugio.

II
Creo que debo decir que entre 1983 y 1985 lo encontré unas dos veces en Sincelejo; antes, organizando un encuentro de escritores, después, participando en un seminario de periodismo.

En una de esas ocasiones, con Betty de García, Cristo García Tapia y otros amigos tuvimos la posibilidad de tertuliar. Parece que fue en el Faisán, un céntrico restaurante de la capital sucreña. Allí, entre burbujas de cerveza y sahumerios etílicos hablamos del mar, del exilio, del fuego, de la lluvia, del viento, de la zozobra que produce el olvido, de la danza macabra de la muerte.

Para ese entonces ya la metrópoli se le estaba haciendo invivible y le entraba a girar la idea de su retorno.
III
Esta vez vuelvo a encontrarlo en Cartagena de Indias. Sé que ha venido a buscar el mar con una caña de pescar ilusiones, a posesionarse de su reino, a sentarse en los espolones con lienzos de muralla a sus espaldas, frente al intenso horizonte plateado y bajo el cielo azul del caribe, para realizar el milagro de vivir a plenitud.

Me atrevo a afirmarlo, porque sólo la magia de Cartagena, que se ve y se siente en todas partes, es capaz de lograr semejante milagro!

Aquí tú te extasías contemplando el paisaje, mientras trece alcatraces que planean lentos, uno detrás del otro, cumplen con el extraño ritual de hacer sesgos misteriosos en el aire. antes de hundirse en el vientre salino y tempestuoso del mar.

Aquí tú te embriagas con el canto bello y apacible de los pájaros que despiertan con el sol en los árboles frescos del parque de Bolívar o con la brisa musical del Cabrero.

Te transportas con el acto místico de la entrega, los ojos alucinados y la pasión casi orgásmica de los teatreros de El Aguijón, durante el desarrollo de sus piezas dramáticas, hasta llegar al punto sugestivo de la hipnosis.

Sólo aquí puedes disfrutar con el espectáculo de un gallo de sortilegio, de hermosa cola negra, plumas blancas y cresta roja que se para con pose de estatua en la tapa de un frasco, sobre el mostrador de una típica tienda cartagenera, en la que parece haberse detenido el tiempo. Podrías jurar que es un gallo embalsamado. Vienes a saber que está vivo cuando se mueve para espulgarse. Capa, un viejo amable con aire señorial, es el dueño de siempre de ese ventorrillo suspendido en el tiempo. Todavía te despacha con la misma diligencia de hace cuarenta años las mismas chichas que saboreaban los abuelos y te explica con irónica sabiduría que un buen cliente es el que pide y paga. La Embajada, el nombre de esa tienda intemporal que queda en la calle Nuestra Señora de Landrinal, muy cerca del Museo de Arte Moderno, es de por sí revelador.

No hay duda. Cartagena es una ciudad de encanto, de magia y de poesía.

En sus noches de embrujo puedes salir a pescar amores en la playa, a tomar aire fresco, oír música, comer patacones con queso en el muelle de Los Pegasos, frente a la legendaria Bahía de Las Animas. O, a distraer la soledad con tus propias meditaciones en el malecón.(*)

Es el lugar ideal para un poeta recién escapado de una ciudad glacial, deshumanizada, repleta de fantasmas tenebrosos, que busca el sosiego de la soledad, la infinitud de la noche y los secretos entrañables del mar, para poder afirmar las palabras de su poesía y exclamar asombrado: "Estoy vivo/ sobre la blanca playa/ bajo el cielo azul/ Ah! estoy vivo/ milagrosamente vivo/ junto al mar que amo/ bajo el áureo sol!"/.


*Publicado en la Revista Dominical de EL HERALDO de Barranquilla el l° de julio de 1990
(*) "Saludos a la morena tierna de la boca fresca que frita patacones en el quiosco del muelle." Aparte del texto de un telegrama enviado a Gustavo Tatis, editor cultural de EL UNIVERSAL de Cartagena, por Rúber Burgos Alvis, desde Montería, en 1991.

"ORO DE GUACA" UNA REALIDAD

ORO DE GUACA: UNA REALIDAD
Por Rúber Burgos Alvis

“... Lo más triste es la existencia de una comunidad sin juventud predispuesta a rescatar los valores morales y humanos que duermen en la conciencia de todo conglomerado social...” José Manuel Vergara Contreras.

(Aparte del discurso pronunciado el 20 de julio de 1970 por el poeta José Manuel Vergara Contreras, oriundo de Planeta Rica, a la sazón secretario de educación del Departamento de Córdoba, en el acto de inauguración de la Casa de la Cultura de Chinú, celebrado en el antiguo Teatro Diana).

I. Sin caer en el exhibicionismo, debe ser preocupación fundamental de todos los hombres, mostrar la personalidad y la fisionomía de sus pueblos para distinguirlos de los demás. En el caso de los chinuanos, uno de los rasgos principales que nos distinguen en el concierto nacional, ha sido el amor por el trabajo, el estudio y el cultivo de las letras, entre otras importantes disciplinas del saber. Desde otras latitudes, personas de elevado prestigio y reconocidos méritos han dicho de nosotros que “Chinú ha gozado siempre de merecida fama como sociedad culta, don de hospitalidad y alto grado de caballerosidad.... que ha dado hombres de talla nacional en todos los tiempos...”. Uno de esos hijos eméritos ha sido Luis Felipe Pineda Olascoaga, autor del libro de poemas “Oro de Guaca”, conocido en el panorama nacional como poeta, escritor, periodista y político.

II. Hay un viejo y sabio aforismo que dice “Al César lo que es del César y a Dios los que es de Dios”.

Gabriel Cruz Díaz (Q.E.P.D.) Periodista y acucioso investigador del pasado de nuestro pueblo, incansable rebuscador de fotografías y libros viejos, obsesionado eterno de la historia, amante de utopías y ficciones, en veces algo descabelladas, era uno de esos chinuanos preocupados por sacar a la luz eso valores humanos que nos antecedieron y que empezaron a construir nuestra fisonomía y nuestra personalidad. Por él supimos (Me refiero al caso personal mío y de otros amigos), que hace más de veinte años, de la existencia del insigne poeta Luis Felipe Pineda y su obra Oro de Guaca. El sembró en nosotros la inquietud y la iniciativa de emprender la tarea de rescate, para las nuevas generaciones de esa vasta e interesante producción literaria. (la de Luis Felipe y otros poetas y escritores chinuanos de antaño).

También nos enteró y suministró copia de la Ordenanza 91 de 1959 de la Asamblea Departamental, mediante la cual se dispone reeditar la obra “Oro de Guaca” en la vieja imprenta del Departamento de Córdoba; disposición que no se cumplió. Después nos enteraríamos por otras fuentes que su financiación quedó prevista en la posterior Ordenanza No.03 de 1965, que establece la creación de la Biblioteca de Autores Cordobeses. En una columna de mi autoría, aparecida en el Semanario Manifiesto Popular de Montería, de agosto 13 de 1987, titulada “Ramón Vinyes —El Sabio Catalán— y la obra de un poeta cordobés”, me tocó insistir entre la Junta Regional de Cultura, en ese momento presidida por el poeta José Manuel Vergara, el mismo Secretario de Educación Departamental que viniera en 1970 a Chinú a inaugurar la Casa de la Cultura, y ante la Unión Nacional de Escritores (UNE) Capítulo Córdoba, para que se apersonaran de la publicación de Oro de Guaca... otro intento fallido.

III. En el número 2 del Periódico Takasuán de mayo de 1984, fundado por el periodista Jorge Otero Martínez, órgano de difusión del grupo de arte y literatura Takasuán, del cual Gabriel Cruz Díaz hacía parte, junto con Braulio Peña Gómez, Julio Ruiz Miranda, Reinel Díaz Herazo, Blas Reinaldo Montoya, Jairo Aviléz Villegas, Milton Otero Martínez, Carmelo Ruiz Villadiego, Rafael Guevara Figueroa, Jorge Otero Montiel, el suscrito y otros amigos, incluimos de Luis Felipe Pineda el poema titulado EL CEBU, aún inédito, cuyo texto es el siguiente:

Este es el rey trashumante que desplaza
leguas y que de la India vino un día
su alta giba trazó con gallardía
sobre el testuz de la nativa raza
fiero y manso a la vez, nada resiste
el ímpetu salvaje de su empuje;
es una catarata cuando embiste
y un trueno a la sordina cuando muge
por eso en la mañana campesina
cuando el sol en las cumbres superpuestas
desflora el suave tul de la neblina
finge el cebú, cruzando la floresta,
un bloque de granito que camina
con el nevado farallón a cuestas.

Este poema de Luis Felipe es del año 1924.

IV. En el número 1 del Periódico Takasuán de abril de 1984, se publicó también el poema picaresco San Antonio de Emeterio Pantaleón de León Reza (Don Leme León) escrito en abril del año de 1928, que dice textualmente:

San Antonio está triste;
San Antonio es un fatto
si me fuese posible
lo astillara en el acto
y sus gruesas astillas
las metiera al fogón.
Un pedazo de palo
no debiera alumbrarse,
mejor debe quemarse
para que los herreros
tengan harto carbón
dos abarcas de puntos
un sayal carcomido
la cabeza pelada
y el brazo partido;
es el santo prodigio
de este gran Chambacú
las mujeres lo adoran
por ser él su alcahuete
no sabiendo las tontas
que ese grueso tolete
es de ceiba, de pino,
cañahuate o chitú.

V. En el año de 1987, la Casa de la Cultura y el Grupo Takasuán, en asocio con los Colegios Nuestra Señora del Carmen y San Francisco de Asis, convoca al Primer Concurso Literario “Oro de Guaca”, con el incesante objetivo de perpetuar la memoria del poeta Pineda, cuyo fallo se dio a conocer el día 3 de junio del mismo año 1987.

Fueron jurados los escritores y poetas cordobeses JOSÉ LUIS GARCÉS GONZÁLEZ, SOAD LUIS DE FARAH, ALBIO MARTÍNEZ SIMANCA Y JOSÉ MANUEL VERGARA CONTRERAS.

Los ganadores del concurso fueron:

Premio de cuentos —CATEGORÍA JUVENIL:

1. Ernesto Rafael Díaz Herazo (Cuento: La Tragedia)
2. William Darío González Díaz (Cuento: En el Mar de la Injusticia)
3. Fredy Padilla Pacheco (Cuento: Lo que Había en la Bota)
4. Carlos Alberto Ruiz Salgado (Cuento: El Año Viejo)

CATEGORÍA INFANTIL:

1. Eidis Mercado Narváez (Cuento: La Bruja Amargada)
2. Evelin Díaz Castillo (Cuento: El Milagro del Arcoiris)
3. Luz Daris Sibaja Ordosgoitia (Cuento: El Niño y Su Madre)
4. Maryori Angulo Lozano (Cuento: El Cojo y El Ciego)
5. Jorge Daniel Otero Luna (Cuento: El Progreso y la Extinción).

Es de anotar que el premio CREACIÓN POÉTICA fue declarado desierto por haber un solo concursante.

- En el segundo concurso convocado para 1988 y premiado el 10 de diciembre, el fallo fue el siguiente:

CATEGORÍA MAYORES:

1. Jairo A. Buelvas Ruiz (Cuento: Así Soy Yo. Seudónimo: Jab Jab)
2. Gabiel Cruz Díaz (Cuento: La Frustración. Seudónimo: Princesa Saluma)
3. Germán Fuentes Ramos (Cuento: Flores de Desierto)

CATEGORÍA INFANTIL:

1. Premio único: Pedro Luis Sarmiento (Cuento: Adios en el Amanecer de la Vida)

- Premio de Poesía- CATEGORÍA MAYORES.

Primer puesto: Carlos Alberto Ruiz Salgado.- Poemas:
Porqué me besas?
Somos Arboles.

Segundo puesto: Danith Urango.- Títulos:
Las Ratas
El Avestruz
El Alcatraz

El premio de Poesía CATEGORÍA INFANTIL, fue declarado desierto, por falta de participación.

Jurados: José Manuel Vergara, Rodrigo Tirado Aguas y José Luis Garcés González.

Entre justificaciones de este concurso tenemos la siguiente:

- Oro de Guaca es el nombre de la obra cumbre del poeta chinuano Luis Felipe Pineda Olascoaga, prologada por Rafael Maya y Comentada por José Umaña Bernal, quien lo llamaba “El Píndaro de Bolívar”.

- Y por que en sentido metafórico, no puede ni debe extrañarnos, sin pretendidas ínfulas, que en las nuevas generaciones, con solo escarbar a flor de tierra, logremos descubrir algún talento, que, literariamente hablando, resplandezca como una verdadera joya de dieciocho kilates, como el Oro de Guaca.

VI. El 29 de octubre de 1993, se llevó a cabo, con los mismo propósitos de rescate de los valores humanos y morales de los chinuanos, para mostrar la personalidad y fisionomía de Chinú y los chinuanos, el Primer encuentro Nacional de Declamadores “Oro de Guaca” —Su Majestad: La Poesía.

El objetivo general: Exaltar el arte de la Declamación.

El objetivo específico: Exaltar las artes en general como parte escencial de la formación y educación integral del hombre, situándolas como bien supremo de la humanidad en el alto lugar que corresponde, para que las nuevas generaciones valoren su importancia y significado en el desarrollo de la personalidad individual y social.

Este encuentro ha sido promovido hasta el número cuatro, realizado el pasado 14 y 15 de diciembre de 1996, por la Corporación Encuentro Nacional de Declamadores “Oro de Guaca”, de la cual hacen parte entre otros: Dr. Emiro Castillo Torrente, Braulio Peña Gómez, Darío Castillo Mendoza, Isabel Ordosgoitia Amaris, Diomar Lecler, Miriam Castillo y otros, en desarrollo de iniciativa presentada por el pintor chinuano Milton Otero Martínez, autor del mural: Oro de Guaca, situado en el salón del Consejo Municipal y otras personas interesadas en las actividades artísticas y culturales.

Hoy tenemos el ineludible deber de reconocer al Dr. Manuel Ignacio Martínez Pineda, la reimpresión, 60 años después, financiada por el Senado de la República, de la obra cumbre del poeta Pineda y podemos decirle a Gabriel Cruz, a Chinú, al Departamento de Córdoba y Colombia que ORO DE GUACA es una realidad... una ejemplarizante realidad.

BANDA "ARMONÍA SAN RAFAEL" DE CHINÚ


RESEÑA HISTÓRICA DE LA BANDA
“ARMONÍA SAN RAFAEL DE CHINÚ”

La existencia de la banda Armonía San Rafael de Chinú se remonta aproximadamente a los años 1920, siendo uno de sus fundadores el señor Ismael Naranjo, padre de los conocidos músicos Miguel Simón (Yaye), Claudio (Machalo) y Manuel (Mane), Naranjo Flórez, a cuya madre Sara Flórez le dedicaron sus hijos la pieza musical “Sara”, magistralmente interpretada con predominio del bombardino, ejecutado por el Yaye.

Para el año 1952, estaba integrada por Héctor Bettín Ricardo, Guillermo Vélez Ruiz, Antonio Mendoza, Gregorio Arnedo, Pedro Arrieta, Miguel A. Moscote, Guillermo Arcón, Rafael Nassiff (Zaléh), Leovigildo Díaz, Manuel (mane) Naranjo, José Simanca y Miguel Simón Naranjo (yaye), entre otros, quienes disfrutaron de grandes éxitos, realizando giras por distintos puntos geográficos del país, hasta llegar a ser considerada una de las mejores bandas de la costa y Colombia. A ella se fueron integrando otros músicos como Pedro Pablo Urango, Jesús María Morelo, Carmelo Domínguez y Warditrudis Alvarez (Guardiola).

En el año de 1970, con el propósito de renovarla, crearon el capítulo juvenil con la orientación del maestro Alfonso Mendoza, empezando a conformarse así una nueva generación que en el año 1971 empezó a dirigir Arturo Vergara Alvarez, quien la condujo durante cuatro años aproximadamente.
Eliécer Morales (Trombón de émbolo), Rúber Mendoza (Bombardino de émbolo), William Arcón (Barítono), maestro Alfonso Mendoza (Director), Argemiro Mendoza (Trompeta), Carmelo Domínguez (bombo), Joaquín Solano (clarinete), Pedro Pablo Urango (platillos), Eliécer Madrid (clarinete), José Domínguez (trombón de émbolo), Abel Villadiego (trombón de émbolo), Félix Arcón (trombón). Sentados: Héctor Bettín Ricardo (tuba-marcante o contrabajo), René... (redoblante), José Pablo...(trompeta), Rafael Domínguez (trompeta), Rogelio Morales (trompeta), Juan Pirulí... (clarinete).
Foto tomada en casa de Carmelo Domínguez (cortesía de Félix Arcón).


En 1975 asume la dirección Argemiro Mendoza Alvarez, logrando éxitos, entre los que se destacan la primera grabación de un LP, y las presentaciones en las corralejas del 20 de enero en Sincelejo y otros lugares de la costa, obteniendo el primer lugar en el encuentro de bandas en el Carnaval de Barranquilla, Primer lugar en la Primera Fiesta en Corraleja de Bogotá.

En 1984 toma la dirección Rafael Domínguez, quien presenta la banda en el Festival Nacional del Porro en San Pelayo, obteniendo el Primer Puesto en la modalidad de Fandango. Estos éxitos se multiplicaron en distintos lugares de la costa atlántica.

En 1988 asume el cargo de director Rúber Mendoza Alvarez, quien la presenta por segunda vez en San Pelayo, logrando el Primer Puesto en la modalidad de Porro Palitiao.

En 1990 obtuvo el Primer Puesto en San Pelayo en la categoría de Aficionados. En el transcurso de la dirección de Rúber Mendoza se lograron primeros lugares en el Encuentro Nacional de Bandas de Sincelejo y en 1999 en el Encuentro de Bandas de Barranca Bermeja. En este año retoma el cargo de director Rafael Domínguez y la banda sigue obteniendo éxitos.

En el presente año 2003 asume la dirección Ramiro Morales Bravo, quien desde sus inicios realiza con la banda una muestra de grabación y actualmente gestiona un segundo trabajo para los mismos fines.

Actualmente están realizando ensayos de preparación con el propósito de participar en el próximo festival del porro en San Pelayo. Igualmente adelanta los trámites de la personería jurídica y presentación de proyectos ante el Ministerio de Cultura. Sus integrantes son:

ORDEN "AGUILAS GEMELAS" GRAN SEÑOR DE TAKASUÁN

CHINUANOS CONDECORADOS CON LA ORDEN DE LAS AGUILAS GEMELAS DEL GRAN SEÑOR DE TAKASUAN.

LUIS DEJANÓN DÁGER. Dirigente Comunal
FABIO MORÓN DÍAZ. Jurista
HÉCTOR BETTÍN RICARDO. Músico
ARISTIDES OJEDA ZAPA. Literato
ANTONIO LOBO MADERA. Deportista
LUIS OJEDA MORÓN. Músico y compositor
CONJUNTO DE LOS HERMANOS NARANJO. Músicos
BANDA ARMONÍA SAN RAFAEL DE CHINÚ. Músicos


QUÉ ES LA ORDEN “AGUILAS GEMELAS DEL GRAN CACIQUE TAKASUAN”

La orden “Aguilas Gemelas del Gran Cacique Takasuán” es una distinción creada por resolución interna del Grupo Takasuán, adoptada por la Casa de la Cultura de Chinú y acogida por el Concejo Municipal mediante acuerdo No.003 de marzo de 1989, para premiar o reconocer los méritos de los hijos de Chinú que contribuyan o hayan contribuido con sus realizaciones a elevar el nombre de su pueblo, dentro y fuera de fronteras, sirviendo así de ejemplo a las nuevas generaciones.

Es así como, hasta la fecha, han sido condecorados Luis Dejanón Dager, pos sus méritos cívicos; Héctor Bettín Ricardo, por su aporte al arte musical; Antonio Lobo Madera, por el mérito deportivo; Fabio Morón Díaz por haber situado en lugar destacado a Chinú por su labor de jurista sobresaliente en la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia y en la Corte Constitucional; y Aristides Ojeda Zapa por su aporte a la literatura y a la historia.

Cabe destacar que las Aguilas Gemelas o Bicéfalas, como las llaman algunos investigadores de la historia, corresponden a un pectoral Zenú en oro macizo repujado que se encuentra en el Museo del Oro del Banco de la República de Cartagena de Indias, que, según una hermosa leyenda precolombina, fue ofrendada por el cacique Colosó al Gran Señor de Takasuán, una semidivinidad que reinaba en la región de Takasuán, en la provincia del Finzenú, en el territorio que hoy ocupan Chinú, Caimito y San Benito Abad, pertenecientes al Gran Imperio de los Zenúes; ceremonia en la cual estuvo presente la cacica Tota, Gran Señora de los Chenúes y la princesa Saluma, hija de ésta con el Cacique Chanú, que gobernaron y reinaron en esta región del corazón de las sabanas.





Tomado de la Revista TRIBUNA, Publicación de la Casa de la Cultura de Chinú
Año I – Número 1 – Chinú, Febrero 1993