lunes, 14 de abril de 2014

APUNTES HISTÓRICOS DE INCENDIOS EN CHINÚ (CRÓNICA) Por Rúber Burgos Alvis



APUNTES HISTÓRICOS DE INCENDIOS EN CHINÚ (CRÓNICA)

Por Rúber Burgos Alvis



Voraz incendio en Valparaíso, Chile, destruye cientos de casas

La secuencia fotográfica corresponde a diversos aspectos del “peor incendio  en la historia de Valparaíso, según afirmó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en declaraciones a la prensa, un día después del siniestro  ocurrido el sábado 12 de abril, el cual hizo exclamar a Mónica Vergara, sentada en la puerta de su casa reducida a escombros: “¡el infierno pasó por Valparaíso!.

Inevitablemente, se removieron mis recuerdos infantiles y una incesante sucesión de imágenes atropelladas empezó a dispararse, trasladándome al caluroso mes de marzo de 1957. No habíamos dejado aún los pantalones cortos.



Mural “ORO DE GUACA” o  “500 AÑOS DE HISTORIA”. Pintor Milton Otero M.


                                                    II

En el ángulo superior derecho del mural ORO DE GUACA o 500 AÑOS DE HISTORIA, del pintor Milton Otero Martínez, descubierto el 28 de junio de 1996 en el salón de sesiones del H. Concejo Municipal de Chinú, están representadas pictóricamente las chozas incendiadas durante la conquista y otros incendios ocurridos en la Guerra de los Mil días en 1900, el de 1919 que arrasó con el Barrio de Chambacú y los de 1957, en Chambacú y Lavalomo,  cuando declinaba la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, que culminó el 10 de mayo de ese año.

De los primeros incendios referenciados no tenemos a la mano constancia alguna. Se hunden en los terrenos de la leyenda. El de 1919  llegó a nuestros oídos en versiones directas de Mamacata, la entrañable abuela materna que se nos quedó impregnada en la memoria, quien nos contaba haber perdido a su padre Santiago Epaminondas, víctima de su ingenuidad, al creer en las promesas de un avivato de apellido Méndez que le aseguró encargarse del baúl donde guardaba sus intereses. Lo encontraron quemado en los rescoldos del fuego, con señales de haber recibido un machetazo a la altura de la pierna derecha, que debió inmovilizarlo. Catalina, la abuela,  que era noble de corazón, nunca lo perdonó. Vivió toda su vida rumiando y mascullando ese triste episodio. Siempre estuvo orgullosa de su padre, que tenía nombre de apóstol y de general griego:  “Epaminondas fue un general y político griego del siglo IV a. C. que transformó la ciudad estado de Tebas para convertirla en la nueva potencia hegemónica de Grecia, en sustitución de Esparta”. Por su parte, Santiago, puede referirse a Santiago el mayor o el menor. Veamos:  Santiago el Mayor (Santiago el de Zebedeo), uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, considerado patrón protector de España. Fue hijo de Zebedeo y Salomé. Santiago el Menor (Santiago el de Alfeo), otro de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Tradicionalmente se le identifica con el líder de la comunidad cristiana de Jerusalén. Hijo de Cleofás y de María de Cleofás, y hermano de otro José. Como puede inferirse, el bisabuelo no tenía cualquier nombre, pero pecó de incauto.

                                                      III

De los incendios de 1957, encontramos, parcialmente, un  soporte periodístico, que sirve de prueba documental.  Se trata de una publicación del diario capitalino EL TIEMPO, fechado 27 de febrero de 2007, sección HACE 50 AÑOS. Una edición digital y un escáner de la edición impresa, que registra la noticia, de actualidad en ese entonces, fechada 28 de febrero de 1957, en la que se lee: 28 de febrero de 1957 Destruidas 300 casas en Chinú. Un pavoroso incendio estalló en la tarde de ayer en el municipio de Chinú, en la zona fronteriza de Bolívar y Córdoba. Se informa que fueron destruidas más de 300 casas pajizas, ubicadas en 12 manzanas, que pertenecían a barrios pobres; igualmente, varias edificiaciones de oficinas públicas y establecimientos comerciales sufrieron daños de consideración. Se aseguraba que en la catástrofe habían perdido la vida numerosas personas, entre ellas niños y ancianos. y que el valor de las pérdidas se calculan inicialmente en más de un millón de pesos. Se desconocen aún las causas que originaron el incendio.

Según parece, se trata del primer incendio en el Barrio Lavalomo, alrededor del cual se tejió una leyenda, sustentada por la señora HILDA SOFÍA GUEVARA GONZÁLEZ, a quien entrevistamos en compañía de Julio Flórez Pacheco y Gleen Escobar, periodistas de El Universal y El Meridiano de Córdoba, quienes obtuvieron testimonios grabados a viva voz y fotografías de Hilda con sus familiares y de la casa de palma, materia de la leyenda, que se mantuvo  en pie
hasta hace unos dos años. Hilda también se fue recientemente. Nos hubiera gustado que ella pudiera disfrutar en vida de esta crónica periodística, pero hay cosas y circunstancias  insalvables que se imponen sobre nuestra voluntad. Sin embargo, nos tranquiliza saber que está leyéndola en el cielo, que es su nueva morada.
 El fuego se originó, según fuentes, en casa de Don Romeo Solano Flórez, donde había un depósito de licores,  y se propagó veloz con los fuertes vientos del verano, arrasándolo todo, menos una humilde casita de palma, enclavada en los altos de la vecindad: la vivienda de Hilda.
                                                    IV

Foto original del profeta Enoc
(Cortesía de Roy Martínez Seña)
Días antes,  un extraño y misterioso personaje se apareció en el pueblo. Iba de casa en casa solicitando agua para calmar la sed. Todos se la negaron, menos Hilda Guevara, quien aún muy joven se mostró solícita ante el requerimiento. El hombre tomó agua, se refrescó la cara,  se lavó los pies y se reposó un buen rato sentado en el corredor.  Dijo que venía de muy lejos. Antes de marcharse agradeció el gesto  y profirió una especie de trágico vaticinio.


Foto reciente de Hilda Guevara, en el corredor de su casa, con su hijo Ismael Castillo Guevara, nietos y otros miembros de su familia.
                                                   V

En la entrevista,  transcurridos los años Hilda comentó y confirmó los hechos. Nos contó que siendo todavía muy niña conoció de cerca al profeta Enoc, que andaba predicando por estos lares y conversó con él, que éste le había regalado una oración, pero le advirtió que también le dio una a su hermana. Ella se sorprendió con el desconocido, que era seguido por una inmensa romería, cerca del pozo de la palma, donde está hoy la caseta de bombeo del acueducto local.  Se preguntaba cómo hizo para reconocerlas si no andaban juntas. Tratando de recordar ese episodio, ahora creía que el enigmático personaje que bebió agua sentado en el corredor de su casa antes del incendio, sin ninguna duda, era el mismo profeta Enoc que había conocido mucho tiempo atrás. En sus años de infancia.



Parque principal de Chinú, antes de ser remodelado.

                                                   VI

 DATOS TOMADOS DE UN BLOG DE JEFFER SOBRE EL PROFETA ENOC

A comienzos del año 1926, en un pequeño caserío perteneciente al municipio de
San Marcos, SUCRE (Santa Inés), sucedió un hecho histórico que hasta nuestros días sigue siendo un paradigma y un misterio para el mundo.
Un día, miércoles 26 del mes de abril del año 1926, cuando menos lo esperaban los habitantes del caserío de Santa Inés, hizo su aparición por el camino que de San Felipe conduce a Santa Inés(vereda), un hombre de baja estatura, cabello largo, parecido indígena y calzado de abarcas.
Nadie sabia de donde era, ni mucho menos de que punto del universo venía.
personas que viajaban a Montería a comercializar sus productos en aquel entonces, lo vieron en varios sectores de esa ciudad predicando y profetizando lo que sucedería en años venideros.

Después de quedar libre en Montería, tras aceptar la decisión tomada por las autoridades, fue visto por segunda vez en el municipio de sahagún, Córdoba, predicando la palabra de Jesucristo y diciéndole a la humanidad que se arrepintieran porque el fin del mundo está cerca: Que hicieran el bien, que ayudaran al necesitado si querían salvar sus almas.

 
Hizo su aparición por tercera vez en el municipio de Chinú, Córdoba, donde fue recibido con desprecio por sus habitantes, maltratado e insultado. Fue aquí donde tuvo su peor recibimiento.
Echado por los chinuanos, como quien lleva una vaca al matadero, hasta las afueras del pueblo, se dejó conducir sin oponer resistencia.
Al llegar al punto donde se había planeado llevarlo, se detuvo, se dio vuelta e increpó a los presentes: ¿son ustedes duros de corazón con quien vino a traer el bien y no el mal, pero al ser recibido de esta manera negativa y cruel, sacudo el polvo de mis sandalias para no llevar nada de ustedes, y de esa manera, así como vosotros me habéis tratado, quien me envió los tratará". Días después de haber abandonado la ciudad de Chinú, el pueblo fue quemado casi en su totalidad en una forma inexplicable.

                                                        VII
Estando como jurado de una mesa de votación en el Corregimiento de El Paraíso, jurisdicción de Chinú, hace unos cinco años, me enteré con los parroquianos del lugar, cercanos al Municipio de La Unión, conocido como La Loma de Los Cayos, en zona fronteriza de los departamentos de Córdoba y Sucre, vía a San Marcos,  que el nombre inicial de El Paraíso era El Infierno. Por ahí también pasó el profeta Enoc en sus andanzas.  Donde estuvo predicando debajo de la fronda de un árbol típico de la región, se erige como hito una cruz de concreto, que remplazó con el tiempo una de ají sabana, hecha por los vecinos, de la cual queda como vestigio un viejo y derruido  tronco vertical.
 Los ancianos recuerdan que al llegar el profeta le aconsejaron no entrar al caserío. Éste preguntó, algo intrigado, el por qué de la advertencia y el nombre del sitio. Porque es un verdadero infierno. Aquí las malas lenguas no nos dejan salir adelante,  le contestaron. A partir de hoy esto será un paraíso y se llamará El Paraíso. Su voluntad se cumplió.

                                                 VIII

El siguiente incendio de magnitud que marcó la memoria de los chinuanos ocurrió el 7 de marzo de 1957 en el Barrio de Chambacú. Era una tarde de brisas locas y un sol calcinante. La gente había entrado en  pánico por la aparición de algunos pasquines que inundaron el pueblo anunciando más quemas. Se decía que había unos cartuchos sembrados en los techos resecos de las casas de palma. En prevención de algo que pudiera ocurrir se recostaban escaleras en los alares  y tanques, ollas o tinajas rebosados de agua con totumas y galones debajo de los corredores, para sofocar el fuego, de estallar un cartucho.  El incendio de Lavalomo era suficiente experiencia para no repetirse. Al filo de las tres o cuatro de la tarde, sorpresivamente se prendió la vivienda de Emigdio Figueroa, donde se encontraba su esposa Dormelina Álvarez y sus hijos Alonso, Germán, Rosalba,  Ruby, Emigdio (El Dr. Lleras)  y otros miembros de la familia, como la tía Merce. El chispero y las barusas encendidas propagaron rápidamente la pirotecnia,  barriendo de un tajo los tendidos de paja y bahareque por los cuatro costados.  El cura Telmo Padilla hizo repicar a rebato las campanas de la iglesia, con la ayuda de sus acólitos José Angulo y Heriberto Camaño,  y se formó la confusión. Muchos  damnificados  tuvieron que dejar cabizbajos el pueblo, en una verdadera diáspora. Después fueron regresando poco a poco a ocupar unas viviendas populares de material que construyó el gobierno de Rojas.  Algunos no volvieron, porque echaron raíces en otros lugares. Chinú no volvió a ser el mismo. Con el paso del tiempo se fue recuperando, pero perdió la tranquilidad y la inocencia. Después se han repetido otros incendios distintos y dispersos de menor cuantía por razones diferentes.

FOTO PADRE TELMO PADILLA
 (Álbum familiar esposos Néstor Betín y Sara Quintana)


ANEXOS:

Hace 50 años
28 de febrero de 1957
Destruidas 300 casas en Chinú
Un pavoroso incendio estalló en la tarde de ayer en el municipio de Chinú, en la zona fronteriza de Bolívar y Córdoba. Se informa que fueron destruidas más de 300 casas pajizas, ubicadas en 12 manzanas, que pertenecían a barrios pobres; igualmente, varias edificiaciones de oficinas públicas y establecimientos comerciales sufrieron daños de consideración. Se aseguraba que en la catástrofe habían perdido la vida numerosas personas, entre ellas niños y ancianos. y que el valor de las pérdidas se calculan inicialmente en más de un millón de pesos. Se desconocen aún las causas que originaron el incendio.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Vida de hoy
Fecha de publicación
27 de febrero de 2007
Autor· 
Chinù, Lunes 14 de Abril de 2014.

MURAL EL ENDRIAGO DEL FOLKLOR POR MILTON OTERO MARTÍNEZ