APUNTES HISTÓRICOS DE INCENDIOS EN CHINÚ (CRÓNICA)
Por Rúber Burgos Alvis
Voraz incendio en Valparaíso,
Chile, destruye cientos de casas
La secuencia fotográfica
corresponde a diversos aspectos del “peor incendio en la historia de Valparaíso, según afirmó la
presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en declaraciones a la prensa, un día
después del siniestro ocurrido el sábado
12 de abril, el cual hizo exclamar a Mónica Vergara, sentada en la puerta de su
casa reducida a escombros: “¡el infierno pasó por Valparaíso!.
Inevitablemente, se removieron mis
recuerdos infantiles y una incesante sucesión de imágenes atropelladas empezó a
dispararse, trasladándome al caluroso mes de marzo de 1957. No habíamos dejado
aún los pantalones cortos.
Mural “ORO DE GUACA” o
“500 AÑOS DE HISTORIA”. Pintor Milton Otero M.
II
En el ángulo superior derecho del mural ORO DE GUACA o 500
AÑOS DE HISTORIA, del pintor Milton Otero Martínez, descubierto el 28 de junio
de 1996 en el salón de sesiones del H. Concejo Municipal de Chinú, están
representadas pictóricamente las chozas incendiadas durante la conquista y
otros incendios ocurridos en la Guerra de los Mil días en 1900, el de 1919 que
arrasó con el Barrio de Chambacú y los de 1957, en Chambacú y Lavalomo, cuando declinaba la dictadura del general
Gustavo Rojas Pinilla, que culminó el 10 de mayo de ese año.
De los primeros incendios referenciados no tenemos a la mano
constancia alguna. Se hunden en los terrenos de la leyenda. El de 1919 llegó a nuestros oídos en versiones directas
de Mamacata, la entrañable abuela materna que se nos quedó impregnada en la
memoria, quien nos contaba haber perdido a su padre Santiago Epaminondas,
víctima de su ingenuidad, al creer en las promesas de un avivato de apellido
Méndez que le aseguró encargarse del baúl donde guardaba sus intereses. Lo
encontraron quemado en los rescoldos del fuego, con señales de haber recibido
un machetazo a la altura de la pierna derecha, que debió inmovilizarlo. Catalina,
la abuela, que era noble de corazón,
nunca lo perdonó. Vivió toda su vida rumiando y mascullando ese triste
episodio. Siempre estuvo orgullosa de su padre, que tenía nombre de apóstol y
de general griego: “Epaminondas fue un
general y político griego del siglo IV a. C. que transformó la ciudad estado de
Tebas para convertirla en la nueva potencia hegemónica de Grecia, en
sustitución de Esparta”. Por su parte, Santiago, puede referirse a Santiago el
mayor o el menor. Veamos: Santiago el Mayor (Santiago el de Zebedeo), uno de los doce apóstoles
de Jesús de Nazaret, considerado patrón protector de España. Fue hijo de
Zebedeo y Salomé. Santiago el Menor (Santiago el de Alfeo), otro de los doce apóstoles de
Jesús de Nazaret. Tradicionalmente se le identifica con el líder de la
comunidad cristiana de Jerusalén. Hijo de Cleofás y de María de Cleofás, y
hermano de otro José. Como puede inferirse, el bisabuelo no tenía cualquier
nombre, pero pecó de incauto.
III
De los incendios de 1957, encontramos, parcialmente,
un soporte periodístico, que sirve de
prueba documental. Se trata de una
publicación del diario capitalino EL TIEMPO, fechado 27 de febrero de 2007,
sección HACE 50 AÑOS. Una edición digital y un escáner de la edición impresa,
que registra la noticia, de actualidad en ese entonces, fechada 28 de febrero
de 1957, en la que se lee: 28 de febrero de 1957 Destruidas 300 casas en Chinú. Un pavoroso incendio estalló en la tarde de ayer en el
municipio de Chinú, en la zona fronteriza de Bolívar y Córdoba. Se informa que
fueron destruidas más de 300 casas pajizas, ubicadas en 12 manzanas, que
pertenecían a barrios pobres; igualmente, varias edificiaciones de oficinas
públicas y establecimientos comerciales sufrieron daños de consideración. Se
aseguraba que en la catástrofe habían perdido la vida numerosas personas, entre
ellas niños y ancianos. y que el valor de las pérdidas se calculan inicialmente
en más de un millón de pesos. Se desconocen aún las causas que originaron el incendio.
Según parece,
se trata del primer incendio en el Barrio Lavalomo, alrededor del cual se tejió
una leyenda, sustentada por la señora HILDA SOFÍA GUEVARA GONZÁLEZ, a quien
entrevistamos en compañía
de Julio Flórez Pacheco y
Gleen Escobar, periodistas de El Universal y El Meridiano de Córdoba, quienes obtuvieron
testimonios grabados a viva voz y fotografías de Hilda con sus
familiares y de la casa de
palma, materia de la leyenda, que se mantuvo
en pie
hasta hace unos
dos años. Hilda también se fue recientemente. Nos hubiera gustado que ella
pudiera disfrutar en vida de esta crónica periodística, pero hay cosas y circunstancias insalvables que se imponen sobre nuestra
voluntad. Sin embargo, nos tranquiliza saber que está leyéndola en el cielo, que es su nueva
morada.
El fuego se
originó, según fuentes, en casa de Don Romeo Solano Flórez, donde había un
depósito de licores, y se propagó veloz
con los fuertes vientos del verano, arrasándolo todo, menos una humilde casita
de palma, enclavada en los altos de la vecindad: la vivienda de Hilda.
IV
|
Foto reciente de Hilda Guevara, en el corredor de su casa, con su hijo Ismael Castillo Guevara, nietos y otros miembros de su familia. |
V
En la entrevista,
transcurridos los años Hilda comentó y confirmó los hechos. Nos contó
que siendo todavía muy niña conoció de cerca al profeta Enoc, que andaba
predicando por estos lares y conversó con él, que éste le había regalado una
oración, pero le advirtió que también le dio una a su hermana. Ella se
sorprendió con el desconocido, que era seguido por una inmensa romería, cerca
del pozo de la palma, donde está hoy la caseta de bombeo del acueducto local. Se preguntaba cómo hizo para reconocerlas si
no andaban juntas. Tratando de recordar ese episodio, ahora creía que el
enigmático personaje que bebió agua sentado en el corredor de su casa antes del
incendio, sin ninguna duda, era el mismo profeta Enoc que había conocido mucho
tiempo atrás. En sus años de infancia.
Parque principal de Chinú, antes de ser remodelado.
VI
DATOS TOMADOS
DE UN BLOG DE JEFFER SOBRE EL PROFETA ENOC
A comienzos del año 1926, en un pequeño caserío
perteneciente al municipio de
San
Marcos, SUCRE (Santa Inés), sucedió un hecho histórico que
hasta nuestros días sigue siendo un paradigma y un misterio para el mundo.
Un día, miércoles 26 del mes de abril del
año 1926, cuando menos lo esperaban los habitantes del caserío de Santa
Inés, hizo su aparición por el camino que de San Felipe conduce a Santa
Inés(vereda), un hombre de baja estatura, cabello largo, parecido indígena
y calzado de abarcas.
Nadie sabia de donde era, ni mucho menos de que punto
del universo venía.
personas que viajaban a Montería a comercializar
sus productos en aquel entonces, lo vieron en varios sectores de esa ciudad
predicando y profetizando lo que sucedería en años venideros.
Después de quedar libre en Montería, tras aceptar la
decisión tomada por las autoridades, fue visto por segunda vez en el municipio
de sahagún, Córdoba, predicando la palabra de Jesucristo y diciéndole a la
humanidad que se arrepintieran porque el fin del mundo está cerca: Que hicieran
el bien, que ayudaran al necesitado si querían salvar sus almas.
Hizo su
aparición por tercera vez en el municipio de Chinú, Córdoba, donde fue recibido
con desprecio por sus habitantes, maltratado e insultado. Fue aquí donde tuvo
su peor recibimiento.
Echado por los chinuanos, como quien lleva una vaca al
matadero, hasta las afueras del pueblo, se dejó conducir sin oponer
resistencia.
Al llegar al
punto donde se había planeado llevarlo, se detuvo, se dio vuelta e increpó a
los presentes: ¿son ustedes duros de corazón con quien vino a traer el bien y
no el mal, pero al ser recibido de esta manera negativa y cruel, sacudo el
polvo de mis sandalias para no llevar nada de ustedes, y de esa manera, así
como vosotros me habéis tratado, quien me envió los tratará". Días
después de haber abandonado la ciudad de Chinú, el pueblo fue quemado casi en
su totalidad en una forma inexplicable.
VII
Estando como jurado de una mesa de votación en el
Corregimiento de El Paraíso, jurisdicción de Chinú, hace unos cinco años, me enteré
con los parroquianos del lugar, cercanos al Municipio de La Unión, conocido
como La Loma de Los Cayos, en zona fronteriza de los departamentos de Córdoba y
Sucre, vía a San Marcos, que el nombre
inicial de El Paraíso era El Infierno. Por ahí también pasó el profeta Enoc en
sus andanzas. Donde estuvo predicando
debajo de la fronda de un árbol típico de la región, se erige como hito una
cruz de concreto, que remplazó con el tiempo una de ají sabana, hecha por los
vecinos, de la cual queda como vestigio un viejo y derruido tronco vertical.
Los ancianos
recuerdan que al llegar el profeta le aconsejaron no entrar al caserío. Éste
preguntó, algo intrigado, el por qué de la advertencia y el nombre del sitio.
Porque es un verdadero infierno. Aquí las malas lenguas no nos dejan salir
adelante, le contestaron. A partir de
hoy esto será un paraíso y se llamará El Paraíso. Su voluntad se cumplió.
VIII
El siguiente incendio de magnitud que marcó la memoria
de los chinuanos ocurrió el 7 de marzo de 1957 en el Barrio de Chambacú. Era
una tarde de brisas locas y un sol calcinante. La gente había entrado en pánico por la aparición de algunos pasquines
que inundaron el pueblo anunciando más quemas. Se decía que había unos
cartuchos sembrados en los techos resecos de las casas de palma. En prevención
de algo que pudiera ocurrir se recostaban escaleras en los alares y tanques, ollas o tinajas rebosados de agua
con totumas y galones debajo de los corredores, para sofocar el fuego, de
estallar un cartucho. El incendio de
Lavalomo era suficiente experiencia para no repetirse. Al filo de las tres o
cuatro de la tarde, sorpresivamente se prendió la vivienda de Emigdio Figueroa,
donde se encontraba su esposa Dormelina Álvarez y sus hijos Alonso, Germán,
Rosalba, Ruby, Emigdio (El Dr. Lleras) y otros miembros de la
familia, como la tía Merce. El chispero y las barusas encendidas propagaron
rápidamente la pirotecnia, barriendo de
un tajo los tendidos de paja y bahareque por los cuatro costados. El cura Telmo Padilla hizo repicar a rebato
las campanas de la iglesia, con la ayuda de sus acólitos José Angulo y
Heriberto Camaño, y se formó la
confusión. Muchos damnificados tuvieron que dejar cabizbajos el pueblo, en
una verdadera diáspora. Después fueron regresando poco a poco a ocupar unas viviendas
populares de material que construyó el gobierno de Rojas. Algunos no volvieron, porque echaron raíces en
otros lugares. Chinú no volvió a ser el mismo. Con el paso del tiempo se fue
recuperando, pero perdió la tranquilidad y la inocencia. Después se han
repetido otros incendios distintos y dispersos de menor cuantía por razones
diferentes.
FOTO PADRE TELMO PADILLA (Álbum familiar esposos Néstor Betín y Sara Quintana) |
ANEXOS:
Hace 50 años
28 de febrero de 1957
Destruidas
300 casas en Chinú
Un pavoroso
incendio estalló en la tarde de ayer en el municipio de Chinú, en la zona
fronteriza de Bolívar y Córdoba. Se informa que fueron destruidas más de 300
casas pajizas, ubicadas en 12 manzanas, que pertenecían a barrios pobres;
igualmente, varias edificiaciones de oficinas públicas y establecimientos
comerciales sufrieron daños de consideración. Se aseguraba que en la catástrofe
habían perdido la vida numerosas personas, entre ellas niños y ancianos. y que
el valor de las pérdidas se calculan inicialmente en más de un millón de pesos.
Se desconocen aún las causas que originaron el incendio.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Vida de hoy
Fecha de publicación
27 de
febrero de 2007
Autor·
Chinù, Lunes 14 de Abril de 2014.