FIESTA EN CORRALEJA: APUNTES LIGEROS
Investigación: RÚBER BURGOS ALVIS
Es una de las más importantes y auténticas manifestaciones
folclóricas y culturales de los pueblos de Córdoba y de la Costa Norte de
Colombia, nos dice Juan Santana Vega en su Diccionario Cultural de Córdoba en
sus dos ediciones de 1993 y 1999.
Santana Vega, escritor oriundo de Bajo Grande, Municipio de
Sahagún, es, asimismo, autor del libro
titulado EL MUNDO DE LAS CORRALEJAS… “un libro ameno y bien documentado
sobre las fiestas de toros en corraleja, que han apasionado desde comienzos de
siglo a casi todos los pueblos de la Costa Atlántica”…, conforme lo plantea el
escritor monteriano Jorge Valencia Molina en un prolijo artículo publicado en
el diario El Tiempo el 11 de octubre de 1995, quien nos dice además que… “La corraleja, es folclor, es sangre, es calor, es
música, es nervio, es un grito delirante, colectivo, que se escapa de miles de
gargantas y recorre los más recónditos rincones del sentimiento costeño… La
corraleja es, asimismo, guapirreo de garrocheros criollos, osadía de manteros ,
machos que le vendieron el alma al diablo en tardes de fiestas memorables, con
nombres de santos, cuando estos pueblos apenas comenzaban a crecer bajo el
tedio de las bongas chiverudas y los caminos riales, con brujas y espantos …”.
Pero que, lamentablemente, para los
aficionados a este folclor costeño, los pueblos fueron creciendo, se volvieron
grandes, casi ciudades y, entonces, las plazas se fueron achicando y los palcos
fueron insuficientes para tantos aficionados… Viniendo como consecuencia los
desastres por la imprevisión, la improvisación y la falta de vigilancia
oficial, por lo cual se cerraron las plazas de Sincelejo y de Montería y la
fiesta se fue circunscribiendo a pueblos pequeños, según nos agrega acertadamente
el periodista y escritor Valencia Molina, quien sostiene también que desde
Arjona y Turbaco, en las goteras de Cartagena, atravesando las sabanas de Bolívar
y de Sucre hasta llegar al San Jorge y al Sinú, en Córdoba, la corraleja ha
sido el alma de la fiesta, y que en
torno a ella la música pelayera y los famosos fandangos, se encargaron de
cerrar ese círculo folclórico que, no solo hizo historia en toda la Costa,
sino que sirvió para unir sentimentalmente a pueblos que tenían el mismo origen, el mismo temperamento y las mismas preocupaciones.
Igualmente anota que en esto de
las primeras fiestas en corraleja, para una mejor comprensión, hay que distinguir
varios aspectos importantes, entre los cuales hay que destacar: el
socio-económico, el político y el folclórico.
El aspecto socio-económico dice, está
relacionado con los intereses sociales y
económicos que intervienen en la constitución y funcionalidad de la corraleja,
en el cual toma parte principalísima un número de personas, por lo general de
las clases populares.
El político, de unos años para acá,
es un aspecto que fue tomando sorpresivamente fuerza cuando caciques políticos,
perpetuados en determinadas regiones, daban los toros para las fiestas a cambio
de que el pueblo agradecido por ese gesto acudiera a las urnas a respaldar sus
aspiraciones políticas.
Y, finalmente, el folclórico el más importante
y del que, precisamente, nos ocuparemos en el comentario de hoy.
“La corraleja, es folclor, es
sangre, es calor, es música, es nervio, es un grito delirante, colectivo, que
se escapa de miles de gargantas y recorre los más recónditos rincones del
sentimiento costeño.”- hasta aquí el aporte del abogado, escritor y periodista
Valencia Molina.
II
Por su parte, el escritor y filósofo
Julio Sierra Domínguez nos plantea en su libro EL TONO AZUL DEL CARIBE
COLOMBIANO que “el rumor de la fiesta que invade los pueblos de nuestro Caribe
tiene un ritual religioso y profano que contagia los sentimientos de su gente
hasta el punto de aceptarlos como parte integrante de la misma cosa… Mediante
sus fiestas, el Caribe colombiano da rienda a las manifestaciones de cultura
popular... la fiesta es parte de la expresión del Caribe y cada pueblo lo
expresa tal como lo siente…Otro renglón de fiesta en las tierras de Córdoba lo
mantienen las corralejas… y… Muy cerca de las corralejas, los festivales de
dulce y comidas típicas y las misas y
procesiones de los santos de su mayor devoción como la Virgen del Carmen, La
Candelaria, San Rafael y la Virgen de la Concepción, patronos comunes de
Cereté, Chinú, Sahagún y otros pueblos circunvecinos…” .
III
Según lo expresado por J. Santana
Vega, en su libro "El Mundo de Las Corralejas", este término no tiene
significación en el diccionario, lo cual indica que es un vocablo netamente
criollo derivado de CORRAL, y que en su acepción criolla significa: el espacio
delimitado por una cerca construida básicamente en madera y en cuyo interior se
lidian o "corren" toros bravos.
Corralejas en Chinú
IV
En Chinú, tal como se confirma en la foto de
1929, y que puede tomarse como
referencia, para esa fecha ya se venían efectuando corralejas desde años
anteriores, las cuales se conocían como
“Fiestas de Toros”, en la llamada
Plaza Nueva. En estas servían de palcos El Balcón de los Vélez, hoy Palacio Municipal, y El Balcón de Las Ojeda, donde funciona la
Supertienda Olímpica, que se aprecian mejor en la siguiente foto:
Festividades de San Rafael 1928...
Aquí se ve el antiguo Balcón de Las Ojeda donde hoy funciona Tiendas Olímpica,
seguido de la Casa de Don Valo Salgado donde hoy está Mercados Chinú... Era de
unas señoras de Familia Guerra a quienes les decían Las Guerrita que estaban
familiarizadas con Don Manuel Antonio Mercado Guerra y Don Abraham Mercado, tío
o padre del Dr. Jesús Mercado Vásquez... Es prolongación de la misma
arquitectura republicana-colonial, que fue remodelada... Aquí funcionó El
Almacén Cielo, antes una tienda de José de La Cruz Avilez y después la Farmacia
Santa Lucía de César S. Burgos Cerra... También un Almacén de la Caja Agraria
en donde vendían herramientas y estufas de petróleo (gas o kerosene) que
administraba Don Valo (Rafael Salgado Vásquez)... Nótese que a Los Portales les
faltaba en esa época un tramo de techo...
De la Plaza Nueva pasaron a la Plaza
de Mena, hoy San Simón, donada por Don
Julio Amarís, un Alcalde recio perteneciente al Partido Conservador, que hizo
historia en Chinú en épocas de antaño, y de quien se conocen muchas anécdotas
pintorescas.
Después de los acontecimientos del 20 de Enero de 1980 en Sincelejo entraron en
decadencia hasta que definitivamente dejaron de hacerse.
V
El profesor Víctor Manuel Uribe
Porto nos dice a propósito en su libro CHINÚ: UN PUEBLO, UNA HISTORIA, UNA
CULTURA, en sus ediciones de 2011 y 2013 (Pag.319), que: “Desde el año de 1925
hasta 1959 se venían realizando las fiestas en corraleja, en la plaza principal
frente a la iglesia San Francisco de Asís; de 1960 a 1979 en la plaza San
Simón; desde 1988 a 1991 en el barrio 31 de octubre y de 1992 a 1994 en la finca
de Róger Vélez Espinosa salida a San Andrés de Sotavento. A partir de 1995
fueron suspendidas casi que en forma definitiva… El coso en donde se encierran
los toros para los respectivos manteros, es mediano o grande dependiendo de las
circunstancias; ahí los toreros y manteros hacen las delicias del público con
toda clase de pases y maromas. Se le ponen banderillas a los toros; éstas se
pueden poner a pie, sentado, rodando de fundillo, es decir con las nalgas en el
suelo, desde un caballo o desde un tanque; en fin, se hace todo tipo de
piruetas para agradar al público.”
VI
Hay personas que piensan que las
fiestas en Corralejas, vinieron directamente de España, traídas por los
colonizadores de ese país. Entre quienes así piensan tenemos a José Cisneros
Arriaga, escritor sucreño, quien dice: “Las Corralejas que en la antigua
sabanas de Bolívar, hoy sabanas de Sucre, datan del año 1827, cuando el señor
Sebastián Zubiría decide celebrar en uno de sus feudos (ahora municipio de
Sincelejo), las primeras corridas de toros a imitación de las de España, las
que luego lograron extenderse por el litoral Atlántico”.
César Corena Urzola, en artículo publicado en
el Magazín Dominical de El Espectador, comenta al respecto: “Las festividades
del 20 de Enero o Dulce Nombre de Jesús realizadas anualmente en Sincelejo
tuvieron su origen por iniciativa de un señor Morales, quien celebraba su
cumpleaños con bailes y lidia de toros en su hacienda situada en las sabanas de
Bolívar, por el año de 1836”.
Por su parte Antonio J. Olier,
corresponsal de “El Espectador” en la Costa, a raíz de la tragedia en la
Corraleja de Sincelejo, escribió lo siguiente: “Las fiestas de Corralejas de
Sincelejo comenzaron por allá en 1820 cuando un sincelejano de origen español
-don Chano Romero, organizó la primera fiesta en Corraleja para celebrar su
cumpleaños. El primer escenario fue la Plaza de San Francisco, y en ella se
celebraron durante 85 años. Pasaron después a la Plaza de Majagual, en el área
urbana”.
Ramiro De la Espriella, sostiene que la
primera Corraleja que se hizo en Sincelejo fue el 3 de octubre de 1845.
Para principios del siglo XX las corralejas se
extendieron por todos los Municipios del Caribe colombiano entre El Carmen de
Bolívar y Ayapel. En este último municipio se realizaron las primeras corralejas
del Departamento de Córdoba.
Para 1906 ya las corralejas se celebraban en
Sampués, y en 1908 tuvieron lugar las primeras de la ciudad de Montería.
VII
Pero es bueno tener presente también
la autorizada versión del periodista cereteano Jairo Polo Herrera, fundador de
la Agencia de Noticias TAY, quien afirma
en una entrega publicada en la Revista EXPECTATIVA que:
“Con toda seguridad se puede decir que las Corralejas -las de Córdoba por supuesto- tienen su “ombligo” enterrado en las tierras berastigueras. Allí en esas tierras, en donde existió la hacienda más famosa y productiva del Sinú, se cuenta que se apastaron los primeros toros españoles traídos a la Nueva Granada, por un sacerdote apellido Berástegui. Al cumplir sus 35 años de edad, se le organizó una fiesta donde se repartió mucho ron , pasteles, bollos; hubo música, se lidiaron algunos toros y se bailó por primera vez el fandango aquí en la Costa.” .
Chinú, Viernes 04 de Noviembre de
2016.