viernes, 23 de agosto de 2019
jueves, 22 de agosto de 2019
FOTO INAUGURACIÓN PRIMER ENCUENTRO DE DECLAMADORES OCTUBRE 29 DE 1993
miércoles, 21 de agosto de 2019
EN EL MARGEN DE LA RUTA Por Rúber Burgos Alvis
EN EL MARGEN DE LA RUTA
Por Rúber Burgos Alvis
“Y ahora recuerdo una película… yo siempre recuerdo las
películas porque las películas están llenas de sueños…” (ACS)
Cuando estreché su mano delgada y delicada de señora de
bien, sentí un corrientazo veloz por todo el cuerpo. Por mi sangre corrió con
fuerza la descarga vital de su energía y creí oír el estruendo de su carcajada
feroz y ver el desorden de su cabello espeso, largo y alborotado. Y lo vi
caminar con los brazos abiertos, bien extendidos, para darle un abrazo a su
amigo de siempre, que lo esperaba con expresión feliz, apuntándole a quemarropa
con el índice de su mano derecha, en el aeropuerto de Barranquilla, una tarde
lejana, hace más de veinte años.
II
El milagro metafísico de la irradiación producido en estado
de trance que provocó la extraña sensación y la sucesión de imágenes en el
cinematógrafo de la conciencia percibido al contacto de la mano fina y
fraternal de Teresa Manotas (La Tita), esposa de Álvaro Cepeda Samudio, se
origina del otro lado de la cortina, casi al cumplirse veinte años de la muerte
de éste, ocurrida en un hospital de Nueva York el 12 de octubre de 1972.
Fue, por describirlo de alguna manera, algo así como una
fugaz e involuntaria sesión de espiritismo en que su esposa sirviera de médium.
III
En efecto, Álvaro o “el cabellón Cepeda”, como le llamaban
sus amigos cercanos, poseía una vitalidad extraordinaria –casi sobrehumana,
decía Germán Vargas- que le permitió vivir a plenitud sus 46 años (había nacido
el 30 de marzo de 1926).
IV
Tenía un temperamento
explosivo, volcánico, enemigo de la rutina y de la parsimonia, irreverente,
iconoclasta, poco convencional.
En el tumulto vital de Álvaro
son muchas las contradicciones que brotan. Fue intelectual y hombre de
negocios, izquierdista vinculado a una de las más poderosas organizaciones
capitalistas nacionales (el grupo Santodomingo), evangélico púber y adulto descreído” –apunta Daniel Samper Pizano en el
prólogo de la Antología de su obra publicada por Colcultura en 1977.
Su impulsividad lo llevó a aconsejar en una de sus notas
sobre literatura que data de 1961 que: “Cuando
se tiene algo que decir debe decirse a gritos: con palabras de toda clase,
sin sujeción a reglas académicas: abiertamente: deben tomarse las palabras y a
puñetazos estridentes obligarlas a ilustrar la idea”.
Esta muestra nos deja bien claro que Álvaro Cepeda Samudio,
también como Cortázar y muchos otros, fue
un Cronopio crónico: exponente del espíritu libre, creativo, improvisador,
trasgresor de las reglas acartonadas.
Dentro de las
excentricidades de este gran escritor y periodista fogoso, poeta,
publicista, compositor de canciones, cuentista, novelista, crítico, guionista y
actor de cine, deportista, político apasionado y mamagallista empedernido,
tenemos que se atrevió a usar el cabello largo cuando los hippies ni siquiera
habían aparecido y a salir por la Carrera Séptima de Bogotá con zapatos blancos
y sin medias; a hablar en voz alta en la capital del altiplano hasta escandalizar
el recato de los señoritos santafereños y provocar a través de una encendida
crónica periodística la iracundia del expresidente Lleras Restrepo cuando vino
en su gobierno a inaugurar unas obras imaginarias al municipio de Repelón, en
la Costa Atlántica. “Era por encima de
todo, un costeño insobornable”.
V
En opinión de Samper
Pizano, quizás el mejor de sus cuentos sea “Hoy decidí vestirme de payaso”.
También dice Samper que su primer viaje a los Estados Unidos, sus repetidos
regresos y su contacto permanente con la cultura norteamericana a través del
cine, la prensa y las revistas, lo vincularon a la literatura cosmopolita de
los Estados Unidos. Y que, a la larga y a la corta Cepeda tiene más de Updike,
de Mailer o de Bellow, que del Faulkner que le adjudican.
Para mí, el cuento “En la 148 hay un bar donde Sammy
toca el contrabajo”, es de corte Cortazariano. Hay mucha similitud con el
Johnny Carter de “El Perseguidor” de Cortázar. El músico de jazz que pierde su saxo en un vagón del metro de París.
Todos sabemos que Cortázar se refiere aquí al famoso saxofonista Charlie Parker, y que ha reconocido en
el protagonista del relato al digno antecedente de Horacio Oliveira el de Rayuela, su novela más perfecta.
No olvidemos que
Cepeda conoció muy temprano al uruguayo Felisberto Hernández y a Julio Cortázar mucho antes de
producirse el boom.
Leamos lo que dice Germán
Vargas en su columna “Un día más”
del 10 de septiembre de 1989: “En 1951, ya ausente Cortázar de Buenos Aires, la
editorial Sudamericana publicó su `primer libro de cuentos: “Bestiario” que poco después fue leído
por unos cuantos muchachos barranquilleros que harían `parte de lo que más
tarde se llamó el “Grupo de
Barranquilla”.
VI
El amigo, más que
amigo casi hermano, que viniera a esperarlo al aeropuerto de Barranquilla en
una de sus tantas idas y venidas de los Estados Unidos, hace más de veinte
años, era obviamente Gabriel García Márquez, quien lo inmortalizó, lo mismo que
a los otros compañeros del Grupo de Barranquilla, en las páginas de esa obra
maravillosa llamada “Cien Años de Soledad”.
Nótese, por ejemplo,
el siguiente pasaje de la aludida novela: “La primera noche que el grupo
visitó aquel invernadero de ilusiones, la espléndida y taciturna anciana que
vigilaba el ingreso en un mecedor de bejuco, sintió que el tiempo regresaba a
sus manantiales primarios, cuando entre
los cinco que llegaban descubrió un hombre óseo, cetrino, de pómulos tártaros,
marcado para siempre y desde el principio del mundo por la viruela de la
soledad… Era Pilar Ternera” (pag.382 Ed.
Oveja Negra).
Y más adelante: “Sentada en el mecedor de bejuco, ella
evocaba el pasado, reconstruía la grandeza y el infortunio de la familia y el
arrasado esplendor de Macondo, mientras Álvaro asustaba a los caimanes con
carcajadas de estrépito…”
Siempre que se hable
de Álvaro Cepeda Samudio hay que hacer obligatoria referencia del Grupo de
Barranquilla, de La Cueva, de Eduardo Vilá, de José Félix Fuenmayor y de
don Ramón Vinyes, el sabio catalán de Cien Años de Soledad, que figuraba en la
Enciclopedia Espasa, y quien les recomendara en una de sus cartas llena de
nostalgia y desilusión, luego de regresar a su patria, que, en cualquier lugar donde estuvieran “recordaran
siempre que el pasado era mentira y que la memoria no tenía caminos de
regreso”.
VII
También hay que
referirse con especial atención a Alejandro Obregón, de quien Álvaro dice
en el reportaje titulado “Entrevista con Obregón” que… “es el único hombre a
quien confiaría mis hijos para siempre”.
En este reportaje,
para mí el mejor de sus reportajes, Álvaro Cepeda Samudio hace gala de su
técnica periodística truculenta, de su toque nadaísta, (porque hay nadaísmo en él), de
su existencialismo criollo, de su
cortazarismo, de sus deliciosas groserías y, en fin, de las preguntas y
respuestas graciosamente insolentes.
Hay que afirmarlo sin
temor: ¡es un reportaje fuera de serie!.
Veamos:
-Mano, ¿te gusta escribir?
-A mi sí, pero no me da la gana.
-Y a ti te gusta pintar?
-A mi no, pero me da la gana.
-Ahora si vamos por donde es
-¿Y de la vida?
-Primun Vivere y en después philosofare
-Pero eso no es griego: Es cienaguero: El que se murió se
jodió.
En 1954, año en que
se editó su primer libro de cuentos,
“Todos estábamos a la espera”, apasionado por el cine, Álvaro filmó el
cortometraje “La langosta azul, del cual fue guionista, codirector, coproductor
y actor.
En 1958 termina en Cartagena la primera parte de “La Casa
Grande”, correspondiente al diálogo de los soldados.
Ya antes había
organizado el Cine-Club de Barranquilla, en 1957. En 1961 se posesiona como
editor del Diario del Caribe. En 1962 se publica por Ediciones Mito, “La Casa
Grande”. En 1972 filma los cortometrajes, “Carnaval de Barranquilla 1972”, “La Subienda”, y otros documentales.
VIII
Para la fecha de su
muerte, las carteleras de cine de Bogotá y otras ciudades del país anunciaban
la exhibición de los filmes “Mazurca en la cama”, “La Naranja Mecánica”, “Doctor
Zhivago”, “Una tarde de lunes”,”Adios Berlín” (Cabaret) y el éxito cinematográfico del momento, basado en la excelente novela
de Mario Puzo, acerca de la mafia de los Estados Unidos: El Padrino, bajo
la dirección de Francis Ford Coppola, cinta en la cual, el insuperable Marlon
Brando se adueñó del personaje con su espectacular interpretación. Nota al margen: ¿Qué tanto influyó esta
película en la mentalidad de los colombianos?.
En este momento, Álvaro Cepeda preparaba los guiones para
filmar su novela “La Casa Grande” y
el cuento “El Ahogado más hermoso del
Mundo”, cuya paternidad comparte con García Márquez. El cine era en ese momento su mayor pasión y a fe que lo estaba
logrando.
IX
El 11 de enero de
1991 me pareció providencial el retorno de García Márquez a la Bahía de las
Ánimas, vino al mismo lugar del viejo mercado de Cartagena, donde queda
ahora el Centro de Convenciones, donde años atrás concurría con un cigarrillo
en la boca a tomar tinto en las mesas de fritos para espantar el sueño y calmar
el frío y el hambre de media noche cuando
era un joven reportero de El Universal. Ahora llegaba en otras
circunstancias, rodeado de un aura de misterio y grandeza, encerrado en su
círculo de tiza. Ahora sus libros se
reproducen y se venden de la misma manera vertiginosa como se multiplicaban los
conejos de Petra Cotes.
El objeto de su
retorno: la entrega del Premio Eduardo Carranza de Literatura, del cual fue
jurado con Arturo Uslar Pietri, Carlos Fuentes y otros al español José Antonio
Gabriel y Galán, en acto muy solemne,
llevado a cabo en el Auditorio Getsemaní.
Allí estuvieron con
él sus entrañables amigos del Grupo de Barranquilla: Obregón con su cuello
de toro, el inolvidable maestro Germán Vargas (el otro sabio catalán), el
inmenso Alfonso Fuenmayor, Juan B. Fernández Renowitzky, dicharachero como
siempre; su inseparable esposa Mercedes (La Gaba). Me asombró la contextura fuerte y maciza de roble viejo y el enorme
tamaño de la cabeza de García Márquez.
No estaba Álvaro
Cepeda Samudio. Pero sí estaba remplazando su presencia física la Tita
Manotas de Cepeda. Allí la conocí, allí
estreché su mano suave y delicada de señora de bien, gracias a la
deferencia de Germán Vargas. Gracias a
ella, él también estuvo con nosotros.
No puedo dejar
escapar que a la entrega del premio también asistieron los hijos del gran
poeta piedracielista Juan y María Mercedes Carranza; ésta con su eterna frescura angelical; ni puedo dejar de observar
que, de acuerdo con las manifestaciones espontáneas de simpatía y las
expresiones de la gente, Belisario tiene
más popularidad que el Presidente Gaviria, y que a García Márquez lo quieren
más que a Gaviria y Belisario juntos, tanto que, en un mínimo descuido,
para salvarse del asedio constante, tuvo
que escapar del centro de convenciones a toda velocidad en su automóvil
particular.
X
Es bueno registrar que
a fines de octubre de 1972 aparece la edición póstuma de “Los Cuentos de
Juana”, con ilustraciones de Obregón, escritos en su mayor parte en Nueva York.
También, que Álvaro Cepeda escribía en
1947 una columna titulada “En el margen de la ruta”, en el vespertino
barranquillero, El Nacional, que dirigía Julián Devis Echandía.
XI
La revista Cromos publicó
una semana después de su fallecimiento una crónica del periodista costeño Juan Gossaín titulada “Los funerales del hermano grande”, que
guardo desde hace veinte años con un celo neurótico, en el fondo de una cajita
de cartón donde tengo unos libros. De ella tomé algunos datos para este
artículo.
XII
Si en este momento le hiciéramos una entrevista a Álvaro
Cepeda Samudio, tal vez contestaría así a nuestras preguntas:
-¿Por qué acabaste de vivir?
-“Porque en el fondo no me importaba nada la inmortalidad”.
-¿Por qué decidiste marcharte al otro mundo?.
-“Porque todos los payasos se vuelven hacia mí y me miran
con rabia”.
-¿Por eso tan sencillo?
-“Es que a mí ha comenzado a cansarme esta forma que tienen
de mirarme cuando hago algo que ellos creen que no estás bien”.
-¿Y por eso te has ido?
-¡”Por esto me he
salido de la pista y he resuelto situarme en el margen de la ruta”!..
Chinú, septiembre 9 de 1992.
Publicado en:
El Universal Dominical - Cartagena, domingo 25 de octubre de
1992
Reconocido por Teresa Manotas de Cepeda (Tita de Cepeda) en
nota publicada en la Sección BUZÓN del Diario EL UNIVERSAL el miércoles 9 de
diciembre de 1992.
Publicado en la revista Córdoba Cultural Nº1
El Meridiano Cultural- Montería, domingo 19 de octubre de 1992
EN EL
MARGEN DE LA RUTA EL UNIVERSAL DOMINICAL 1992.
Publicado por RUBER en 10:21 · Enviar por correo ... Archivo del blog. ▻ 2019 (9).
PARA UNA BIBLIOGRAFÍA DE y SOBRE ALVARO
CEPEDA SAMUDIO Ariel Castillo Mier* Revista HUELLAS 51-52-53 MCMXCVII-MCMXCVIII
- Universidad del Norte numerales 34 y 35 Página 130 y 131... Burgos Alvis, Ruber. "En el margen de la ruta", El
Universal Dominical Cartagena 25 de octubre de 1992: Burgos Cantor, Roberto,
"El que se vistió de payaso", El Colombiano, 5 de agosto de 1988...
lunes, 19 de agosto de 2019
HUELLAS REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL NORTE - PDF
HUELLAS REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL NORTE - PDF: HUELLAS REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL NORTE Nos. 51, 52 y 53 (vol. triple) CONSEJO DE DIRECCION JESUS FERRO BAYONA - Director VILMA GUTlERREZ DE PIÑERES - Editora CONSEJO DE REDACCION ALFREDO MARCOS MARIA
14 Lecturas Dominicales, "La literatura latinoamericana de hoy en el banquillo. Un diálogo COi Angel Rama Alvaro - PDF
14 Lecturas Dominicales, "La literatura latinoamericana de hoy en el banquillo. Un diálogo COi Angel Rama Alvaro - PDF: PARA UNA BIBLIOGRAFÍA DE y SOBRE ALVARO CEPEDA SAMUDIO1 AIiel Castillo Mier* Bibliografía de Alvaro Cepeda Samudio LIBROS 1 Todos estábanws a la espera, LibreriaMundo, Barranquilla, Acaba de aparecer:
jueves, 8 de agosto de 2019
"ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS" - Publicado en CARIBEÑO-Vol.1 Número 1- Juntas Regionales de Cultura de la Costa-Página 12-Sincelejo, Mayo de 1987- Gerente Manuel Huertas Vergara- Auspiciado por Colcultura - Seleccionado por la Junta Regional de Cultura de Córdoba presidida por José Manuel Vergara Contreras del Grupo El Túnel de Montería.
“ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS” :
¿UNA BIOGRAFÍA DE LA PROSTTUCIÓN?
Por RÚBER BURGOS ALVIS
Grupo Takasuán
“… No me cuentes nada
de tu vida, ya lo sé todo – dijo Petrona Gamarra”.
Con estas palabras crudas y directas, expresadas dentro del
ambiente sórdido de un prostíbulo de mala muerte, la veterana “mujer de la vida
y de la muerte, hembra quemada en el
fuego implacable de la putería” evitó que Sirena, el personaje central, tierno
y trágico de la novela, le contara de entrada sus “más intrincados vericuetos
personales”, su historia; porque la verdad, todas las putas tienen su historia,
increíble, triste y cándida.
Y al lado de ellas, también nosotros hemos vivido y escrito
fragmentos de nuestra propia historia. De cualquier modo, nuestra vida y la de
ellas, entrecruzadas, se constituyen en una especie de vidas paralelas. Quién,
en su adolescencia, juventud o en cualquier época de su trasegar por este mundo
– me refiero al sexo masculino – no ha frecuentado las casas de cita, encierro,
el viejo “cabaret” o prostíbulo, reservado o como quiera llamársele. Quién no
ha pasado por esos lugares descritos literalmente por José Luis Garcés y ha
hecho por lo menos sus primeros ensayos y entrenamientos amorosos y hasta su
curso acelerado de cabrón, luego de divorciarse con las burras después de la
edad del desarrollo; porque cuando uno “ya acaba y bota leche” (primeras
eyaculaciones) las cosas son a otro precio y hay que ponerles rivales a las
cuadrúpedas en ese afán de calmar deseos irreprimibles?.
II
Empecé a leer el
libro, gentilmente prestado por Delfina de Otero, la esposa del caricaturista,
y confirmé lo dicho por Carlos Morón, que él, José Manuel Vergara y Raymundo
Berrocal, se lo leyeron de un solo tirón.
Al de Jorge Otero no se le nota un quiebre en las puntas de las hojas.
Y no es que no lo haya leído sino que es la muestra de no haberlo cerrado hasta
no llegar a la última página, para comentarme después: ¡Es que esa es en parte
la historia de mi vida, no joda, … qué delicia las putas! .
Yo, personalmente, que tardo un promedio de tres meses leyendo un texto
de doscientas páginas y estaba a punto de renunciar definitivamente a la
lectura por esa lentitud invencible para mí,
considero que batí record, pues, sin exagerar, lo devoré en seis horas.
III
Y no es que se trate – quiero aclararles – de una novela de contenido
obsceno, pornográfico o inmoral que deje traslucir algún tipo de aberración
sexual. ¡Nooo!... Es el
tratamiento de un tema tocado con profundidad y absoluto realismo sin
descuidar, naturalmente, la estética literaria. No puede sacrificarse la objetividad por culpa de los prejuicios y temor a la mojigatería.
La prostitución o profesión horizontal es el oficio más antiguo del
mundo, antiguo como la vida misma. Nos viene desde los albores de la
humanidad cuando los primitivos caldeos la confundían ingenuamente con la
hospitalidad y entregaban al forastero recién llegado la esperanza, el
alimento, el pudor de la esposa o la
virginidad de la hija, pues se imaginaban que el andarín podría ser una
deidad desconocida. Entonces le dieron a
esa forma ingenua de prostitución hospitalaria la elevada dimensión sagrada
que obligaba a toda mujer nacida en la patria a ir una vez en su vida al templo
de Venus para entregarse en él a un extranjero.
En nuestro medio, tal como se
ejerce actualmente por gusto, por placer o por necesidad debe dársele el carácter de fenómeno sociocultural que, sin tratar
de justificarlo, hay que encarar como un hecho cierto e innegable, pues es un producto
social.
En las condiciones descritas por
el autor de la novela, la prostitución a
la larga, en este tipo de prostíbulos entre agradables y sórdidos, se convierte
en una forma de esclavitud. Aquello que pudo o puede iniciarse como
buscando una vía de escape puede transformarse fácilmente en la purga de una
condena perpetua. Desde luego que el
subdesarrollo tiene su incidencia.
Nótese en un aparte de las
páginas 17 y 18 de la obra: “Luego de un intercambio de lágrimas, desocupadas
ambas, quizá más la vieja, Sirena dio muestras de que estaba dispuesta a
modificar su decisión, pero Petrona Gamarra, antigua domadora de presagios, se
le adelantó para decirle lo que sería una definitiva: -- Nosotras no tenemos la culpa, pero la putería se hizo para las mujeres
pobres. Y ya Sirena no tuvo otra alternativa, se dejó ir, conducir por la
vieja a un cuarto situado después de la sala, y en ese cuarto, sentada en una
cama, acabada de levantar, librándose del aburrimiento que producen los sueños
diurnos, una mujer a quien Petrona Gamarra le señaló diciéndole: “Es Rosa y
será tu compañera de cuarto… tu cama es la que está contra la pared…”
Obsérvese que ya su destino empieza a depender de la voluntad ajena, de
la fuerza de las circunstancias y su vida deja de pertenecerle.
Sirena no sólo es la descripción
de la prostituta de barrio de mala muerte, es
un personaje construido con retazos de vida pobre, fiel retrato del
marginamiento social, del suburbio, de la periferia de cualquier ciudad, de
cualquier pueblo. Con sabor a tercer
mundo y su secuela de viejas lenguaraces que hablan hasta por los codos con el sólo propósito cotidiano
y frustrado de ganarle la pelea a la mala situación.
IV
La obra está clasificada ya por
los críticos del interior como una novela de ficción, cuán alejados están. Su contenido refleja la realidad más dura y más
patética de los desarraigados.
Se confirma una vez más que la
magia del Caribe permite confundir la realidad con la fantasía.
La Petrona Gamarra de Garcés es la misma Pilar Ternera de Cien Años de
Soledad.
Si usted lee en la página 32 de
la novela de García Márquez, Editorial La Oveja Negra, encontrará que Pilar Ternera, la mujer por la cual José Arcadio se
sintió atraído y que lo llamó a su casa haciéndolo entrar en el dormitorio
con el pretexto de enseñarle un truco de
barajas, comenzaba a interpretar la suerte con las siguientes palabras: “Por
los caminos de la tierra y los caminos del mar, para dentro de tres días, tres
meses o tres años”.
En la página 24 de Entre la Soledad y los Cuchillos
encontrará que al leerle la suerte Petrona Gamarra a Sirena le dice: “Un hombre
alto, blanco y velludo te piensa y vendrá a ti dentro de tres días, tres
semanas o tres meses”.
Igualmente en la página 340 de Cien Años de Soledad se lee: “La inquebrantable abuela, que había
llegado a los cien años al frente de un burdelito clandestino consultó el asunto con las barajas”, y
en la página 383: “Un siglo de naipes y
de experiencia”.
Y no piense usted que se trata de un gazapo. Solamente ocurre que
en estas tierras de Macondo, esa especie de matronas de burdelitos pobres forman un binomio o dúo inseparable con los
naipes
En nuestro querido pueblo de Chinú,
un rincón de América Latina, tuvimos a
la inolvidable y gratamente recordada Clara Uribe. Cómo la recuerdo ahora,
sentada al frente de su viejo y fresco caserón de palma y corredores altos, en
cuyas camas de tijeras dejamos derramados los primeros amores y humores de
juventud. Es nuestra Pilar Ternera y
nuestra Petrona Gamarra. También usaba las
barajas que recortaba del reverso de las cajas de fósforos Indio para
adivinar el porvenir de las damiselas recién llegadas que venían para calmarnos
las urgencias sexuales, empezando siempre sus sesiones de cartomancia con la
imprescindible frase: “Para dentro de tres horas, tres días o tres semanas”. ¡Permítanme exaltarla, rindiéndole culto a
esa vieja con merecida solemnidad!.
Clara Uribe, también como Petrona
Gamarra, terminó sus días debatiéndose entre la tristeza y la felicidad
producida por el estado crepuscular en
que convergen la demencia, el
delirio y la cordura de los años seniles, evocando sus fiebres de sábado por la tarde.
V
Volviendo a la novela de José Luis, es en verdad una bella historia
matizada de ternura y nostalgia, de
tristezas y odios, de crítica y diagnóstico social de una tangible realidad
como la miseria de los barrios pobres, los sectores marginales de la población,
un poco la historia del viejo Montería,
su San Jerónimo de los Charcos, el contraste de su desarrollo urbano
desordenado, sucesos políticos de la región, del país, del continente, con hermosas
perlas incrustadas de la mitología del Sinú y sus tierras feraces como son los
pasajes legendarios de sus deidades y divinidades Manexca y Onomá, sin haber perdido la oportunidad que brinda
la literatura como fino instrumento para degustar del placer de burlarse a
veces de los demás, pues, le he
fisgoneado que a través de sus personajes de realidad-ficción le ha jugado
bromas pesadas a sus amigos más próximos.
Para finalizar, quiero preguntar al exgobernador Casio Obregón Nieto,
con quién en alguna ocasión tuvimos la oportunidad de tratar furtivamente el
tema de la prostitución: ¿Estará
desapareciendo el cabaret como institución…?
Chinú, julio 21 de 1985.
Publicado en el semanario AGENDA
NOTICIOSA – Sección Culturales – Coordinada por Jorge Otero Martínez - Montería,
miércoles 31 de julio de 1985.
Publicado en CARIBEÑO-Vol.1
Número 1- Juntas Regionales de Cultura de la Costa-Página 12-Sincelejo, Mayo de
1987- Gerente Manuel Huertas Vergara- Auspiciado por Colcultura - Seleccionado
por la Junta Regional de Cultura de Córdoba presidida por José Manuel Vergara
Contreras del Grupo El Túnel de Montería.
"ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS" :
¿UNA BIOGRAFÍA DE LA PROSTITUCIÓN...? Por Rúber Burgos Alvis - AGENDA
NOTICIOSA - CULTURALES ...Publicado ruberburgosalvis.blogspot.com/
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