EN CHINÚ
CARNAVALES, POLÍTICA Y CORRALEJAS
Por RÚBER BURGOS ALVIS
Corresponsal
Después del maremágnum de las navidades, fiestas de fin
de año, jaranas de Año Nuevo, feriados, puentes y demás festejos, sobreviene
una especie de inercia, como secuela de los múltiples guayabos que dejan las
desabrochadas parrandas y las borracheras recurrentes, apoderándose de nosotros
una física flojera que raya casi en la vagancia.
Desde luego, quedan excluidos los abstemios y los
virtuosos circunspectos que llevan una vida monacal demasiado ejemplar.
¡Bienaventurados! Porque de ellos es el reino de los cielos.
Los chinuanos –con
muy pocas excepciones- no hemos estado exentos de estos mundanos efectos y, ya
un poco desintoxicados empezamos a estirarnos y a desperezarnos.
Pero, como buenos costeños, mestizos y jacarandosos
caribeños no podemos resignarnos a la tranquilidad impuesta por la rutina del
pueblo y la modorra de un sol soporífero que nos lame los párpados con sus
rayos sesgados, a las tres de la tarde, hasta dejarnos literalmente dormidos en
las mecedoras alcahuetas que ubicamos en corredores y terrazas, y de vez en
cuando en escondidos y estratégicos rincones de la sala, desde donde vemos todo
y a todos, pero nadie nos ve: lo cual nos permite el delicioso privilegio de
enterarnos de la vida ajena sin habérnoslo propuesto.
Es así como nos hemos dispuesto a romper con la monotonía,
decididos a consumir hasta la médula los 366 días de este año bisiesto.
Primero: Un grupo conformado por entusiastas y alegres damas otoñales y lindas
chicas en la plena flor de su juventud rompe la inercia con un bullicioso desfile
de carros, motos y bicicletas para anunciar con pitos, sirenas y bocinas la
apertura de las fiestas de carnaval, con reinados populares, verbenas, maicena y…
(ponga a funcionar su imaginación).
Segundo: Señores respetables, seriotes y maduros – Casi
al desgajarse- cuyo único propósito clavado entre ceja y ceja es la vida,
pasión y destino político-administrativo del municipio, entran a hacer contactos,
reuniones y toda clase de actividades para lograr ponerse de acuerdo en la
escogencia de los candidatos para la elección popular de alcaldes y concejales.
De veras que están muy preocupados… ¡pobrecitos! .
Y… tercero: Habitantes del corregimiento de Santa Rosa, el
primero de Chinú, en importancia, extensión, población y progreso, a veinte
minutos de la cabecera municipal –cuando el estado de las vías lo permite- se
alista para celebrar sus corralejas con cinco días de toros y fandangos, desde
el 21 hasta el 25, inclusive, de este veraniego mes de enero de 1988. ¿De
verdad que es maravilloso…? Esperen
programas! .
Publicado en El Universal, Cartagena, sábado 16 de enero
de 1988.
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