PROLOGO DE “EL TROVADOR CAUTIVO”
Por Rúber Burgos Alvis
En el presente texto, estamos frente a un relato sencillo,
espontáneo y sin pretensiones, mediante el cual su autor nos narra una
aventura, producto de vivencias y experiencias en las que sorpresivamente se
vio inmerso al ser tomado como rehén por un grupo armado irregular, y luego introducido en la espesura de los
montes de María.
Fue, según su decir, un verdadero milagro poder regresar
para contarlo.
Quizás no por casualidad estuvo en las inmediaciones de un
lugar paradisíaco en donde “en enero Joche se cogió… un mochuelo en las
montañas de María”, muy cerca del “cerro
de Maco” y en el que, en una tarde también, el maestro Landero oyó cantar
la pava congona, que le sirvió como
fuente de inspiración.
Al fin y al cabo, un territorio musical por excelencia.
Nada más propicio para el cautiverio de un trovador
enamorado de la vida.
En su entorno, han nacido y crecido “Los mochuelos cantores
de los Montes de María La Alta”: Toño Fernández, Andrés Landero, el compadre
Ramón y Adolfo Pacheco. Mejor… nadie lo puede hacer.
Fredy Figueroa Ordosgoitia, el autor del libro EL TROVADOR
CAUTIVO no ha estado lejos de la composición musical. Ha sido protagonista de
primer orden al lado de Lucho Ojeda, Carlos Tirado, Arnaldo Bustos y otros, en
la producción discográfica de los Hermanos Naranjo, una agrupación de artistas
chinuanos que han puesto en alto el nombre de Chinú, la Sabana y la Región
Caribe.
Precisamente, su tema Corazón Flechao, un paseo, aparece
incluido junto a Tu Ausencia, de Luis Ojeda Morón, en el LP “SOY CANCION” de
Los HNOS. NARANJO, grabado en 1989 en Industrias Fonográficas Victoria Ltda.
También RENUNCIA, canción ganadora en el II Festival de
Chinú, Córdoba en 1985, de su autoría, con el respaldo musical de Los Hnos.
Naranjo, se incluye en la serie UN CAMINO DE ESTRELLAS-Volumen 1, editado por
la Corporación Pozo de Molina en 2003 y financiado por el XX Festival de
Acordeoneros y compositores de Chinú. En este volumen aparece, no por mera
coincidencia, VERSOS DE ORO de Remberto
Martínez Suárez, Tercer lugar en I Festival de Chinú, Córdoba en 1984.
Igualmente, sus temas Reflexión y Mi Morena, se incorporan en el año 2005 en el
volumen 2 de UN CAMINO DE ESTRELLAS, en el que vuelven a estar presentes Los
Hnos. Naranjo.
Quizás estas cosas nos hagan entender un poco algunas de las
razones de la nostalgia de Fredy, cuando evoca a su pueblo, su familia, sus
amigos y a San Rafa, desde su cautiverio, justamente el 16 de julio, día de la
Virgen del Carmen, patrona de los conductores, a la cual guarda fiel devoción.
“... No crean si ven llorar a este hombre cuando
todo es fiesta y alegría en mi pueblo/ no crean que al llorar soy cobarde
cuando un hombre llora hay un dolor tremendo/ amigos si ustedes bien saben que
siempre he vivido feliz y contento/ tan feliz como aquel ladrón que le dejaron solitario un pueblo/… Mi amiga mi
vieja guitarra sabe lo que tengo sabe lo que siento/ también mis padres y San
Rafa saben que tu eres mi único pensamiento…/.
La anterior transcripción pertenece a la primera estrofa del
tema TU AUSENCIA de Lucho Ojeda, que fue y sigue siendo todo un éxito musical,
hasta el punto de ser seleccionado en segundo lugar en el Disco del año,
después de La Bilirrubina de Juan Luis Guerra y la 440. Si observamos y
escuchamos el disco detenidamente, con toda la carga de sentimiento que
contiene y consideramos la cercanía, los
fuertes lazos y la compenetración que lo unen a su autor, comprenderemos mejor
la situación emocional vivida por Fredy durante los días de su secuestro en Los
Montes de María.
“… Dicen que el
folclor y la tierra donde uno nace/ son como una flor/ como una novia se
quieren bastante/ como me pasó a mí/ que el destino me puso condiciones/ de irme
a la ciudad en busca de aventuras…”
Pero no fue una aventura el hecho que lo llevó precisamente al punto
donde la guerrilla estableció un reten ilegal el día de su captura en una mal
llamada pesca milagrosa. Iba rumbo a Cartagena,
conduciendo el bus de su propiedad afiliado a Transportes Torcoroma, en
labor que comparte con el arte de componer canciones, sin olvidarse de sus seres queridos, principal
razón de su inspiración y existencia.
“… Hay tres cosas que en la vida / un
hombre noble no puede olvidar/ a su
bendito pueblo/ el arte musical/ y los
seres que quiere/ son cosas del alma difícil de borrar/…”
Si hay algo que lo distingue, aparte del amor por sus seres
queridos y la composición musical, es el amor inquebrantable por su pueblo, sus
costumbres y tradiciones, y el aprecio por sus amigos, lo que defiende a capa y
espada.
“… Yo te defenderé/ ay pueblo hermoso/ yo te
defenderé/ folclor precioso/ como Bolivar la patria/ como Padilla a Riohacha/
como Blas de Lezo a Cartagena/ yo te defenderé/ costumbres buenas/…”.
“…Cuentan los abuelos y esa verdad nadie se
las quita/ donde uno nace y muere / todas las tierras son benditas/…”
“…Pero mi tierra y mi folclor/ siento que
dentro me llaman/ una cumbia de Landero y un tambor/ que a gritos me reclaman/
con el sabor a campo/ que tiene la sabana/…”
“… Contigo me quedaré ay pueblo hermoso/
contigo me quedaré/ folclor precioso/ oyendo el canto e los gallos/ de los
borrachos la bulla/ sentado en la esquina un rato/ oyendo los cuentos del Chemané Bula/…”.
Los anteriores son versos intercalados y estrofas de su
canción RENUNCIA, ganadora en el II Festival de Chinú, su pueblo natal, en
1985, que nos puso los pelos de punta.
Nos llevó hasta el paroxismo, hasta el punto de rasgar medio
a medio, un pañuelo blanco que sacamos del bolsillo y le entregamos por encima
de los atronadores aplausos y el bullicio del público, al momento de recibir la
estatuilla del trofeo Takasuán de Oro,
que otorga el Festival, al cual lo
amarró con toda la fuerza de su entusiasmo, al filo de las cinco de la mañana,
cubiertos todos con el manto neblinoso de la bruma. Así lo conserva hoy dentro
de sus pertenencias y recuerdos.
II
Tratando de hacer un poco de historia tomamos
algunos apartes de la nota de contracarátula del disco de acetato SOY CANCIÓN,
escrita por Jorge Otero Martínez: “Mane Naranjo decidió comprar un acordeón
para sus hijos gemelos al ver de nuevo a Manuel con los labios destrozados por
la violina, después de que los muchachos tocaran un baile donde Adolfo Barreto
y en el cual, su vocalista Fredy
Figueroa,-- para justificar los 150 pesos del contrato--, terminó cantando
acompañado por la Caja y la guacharaca porque al mello, que tocaba la violina;
le salían las notas con sangre.
Nos sigue diciendo Jorge que “…Por aquel entonces Manuel y
Claudio tenían aún en las piernas la nostalgia de sus pantalones cortos… Con Fredy como cantautor y otros amigos del
colegio, habían logrado formar un pequeño conjunto, de escaso repertorio, que
animaba reuniones y osaba tocar bailes en otros pueblos… Al lado de los
hermanos Olivares, Lucho Ojeda y otros intérpretes locales…Más allá de la
enseñanza primó su vocación… y sus cantos vallenatos, que ellos interpretaban
bajo las noches serenas del terruño ancestral de sus raigambres, en lo que
fuera el vasto imperio del gran Señor de Takasuán…”.