martes, 3 de enero de 2012

RÚBER BURGOS ALVIS

RUBER BURGOS ALVIS

Comentarista literario, promotor cultural, nacido en Chinú (Córdoba) el 17 de febrero de 1949. Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba. Con su colega Jorge Otero Martínez y otros amigos de Chinú, fundó el Grupo Takasuán.

Ha colaborado en los periódicos y suplementos dominicales de EL UNIVERSAL, EL HERALDO, y EL MERIDIANO DE CORDOBA.

Tiene dos textos inéditos: “PROHIBIDO AMARSE EN CUARESMA” e “HISTORIA DE TAKASUÁN ”.

En los años recientes, además de su trabajo como profesor, ha sido Director de la Casa dela Cultura de Chinú y Secretario de Educación del Municipio.

(Tomado de la obra LITERATURA EN EL SINU – SIGLOS XIX Y XX. Tomo II – Autor José Luis Garcés González. Página 59.

lunes, 2 de enero de 2012

PERSONAJES DEL POEMA DESPEDIDA

PERSONAJES DEL POEMA “DESPEDIDA” DE DON PEDRO A. VERGARA
Por Rúber Burgos Alvis

En conversación informal sostenida con mi tío Efraín Alvis Bettín un viernes santo, más exactamente el viernes 29 de marzo de 1991 y en otras sesiones, pude obtener valiosos datos acerca de algunos personajes que figuran en el interesante y rememorado poema “Despedida” escrito en Chinú en 1927 por Don Pedro A. Vergara Pineda, natural de Sincelejo y muy apreciado en esta población en donde fue juez del circuito y alcalde a principios del siglo pasado.
Con su esposa doña Gertrudis Otero, procrearon tres hijos: Angilberto, Pellito y Marco Vergara Otero. Vivieron en el barrio Chambacú en un viejo caserón de palma que aún se conserva, y que pertenece a los descendientes de Isaías Vergara y Eulalia Alvarez (Yaya), ubicada en la carrera 7ª. No.21-73.
Al momento de partir en 1927 se llevó como empleado de confianza a Evaristo Bettín Guerra y lo nombró secretario en el Juzgado de Corozal. Según Efraín, Don Pedro A. Vergara era tomador y poeta; por lo cual no era raro que en un arranque poético le escribiera a su secretario el siguiente poema de corte picaresco: “El amigo Evaro Bettín/ en el pueblo de Santiago/ (Tolú)/ después que se toma un trago/ dizque es un pozo sin fin/ (…). Así, de manera pintoresca, iba recreando situaciones y personajes.
De Corozal, con la ayuda de Don Pedro, Evaristo pasó a Cartagena al Palacio de Justicia, en la Plaza de la Merced, frente a la muralla de los Pegasos y luego al Tribunal, en la calle de Don Sancho, donde quedaba el diario EL MERCURIO de Cartagena, cuyo Director era Lázaro Espinosa González, hijo de don Domingo Espinosa Alvis, de Corozal, homónimo del poeta chinuano Domingo Espinosa Mercado, autor del poema “La Elisa”. El en ese entonces famoso orador político conservador Gregorio Espinosa González era hermano del director de EL MERCURIO, donde le dieron cabida a los poemas del autor del poema “Despedida”, Don Pedro A. Vergara.
Centrándonos en los personajes propiamente dichos del comentado poema”Despedida” tenemos entonces:
LEME: Don Leme León, cuyo nombre de pila era Emeterio Pantaleón de León
Reza, autor del poema a San Antonio. Don Leme era hermano de Abelardo de León-padre de Adolfo de León Olascoaga, conocido como El Popo León, quién era el alcalde de Chinú en 1970, cuando se inauguró oficialmente la Casa de la Cultura en el antiguo Teatro Diana en 1970, con la presencia del Secretario de Educación Departamental, poeta José Manuel Vergara Contreras, Urías Oyaga Sánchez, Aristides Ojeda Zapa y otras personalidades-.
También fueron hijos de Abelardo, Carlos de León y Jorge de León Avilez, este último Tesorero y Alcalde Municipal de Chinú, y uno de los más asiduos seguidores del Encuentro de Declamadores y Poetas en sus inicios. Don Abelardo, como le decían, fue Escribiente de la Prefectura de Chinú, que quedaba en la antigua Plaza Vieja, esquina, entre el edificio de Manuel Castillo de la Espriella y José Manuel Ordosgoitia, cerca de donde hoy se erige la Tarima Takasuán. La Prefectura funcionaba en un caserón de palma, donde estuvo la telegrafía u oficina de correos y telégrafos, donde Efraín Alvis aprendió el oficio de telegrafista en un manipulador de código morse, a los trece años de edad, solamente observando a Don Manolo Mora, quien era el telegrafista de la época en el viejo Chinú de los convulsionados años veinte del siglo anterior.
MANOLO: Era don Manuel Esteban Figueroa Tirado, quien fue alcalde y recaudador de impuestos. Casado con doña Rosa Julia Pineda Castillo, conocida como la niña Ocha; dueña de un conocido almacén de la época, que quedaba en una casa frente al desaparecido Almacén Cielo de don Valo Salgado y su esposa doña Cielo Montoya, conocida como la niña Cielo, donde hoy funciona MERCACHINU, y en diagonal al parque principal o antigua Plaza
Nueva. La niña Ocha era hermana de Pola Pineda, mujer de Ignacio Martínez Pereira, abogado cartagenero y padres del doctor Manuel Ignacio Martínez Pineda, residenciado en Bogotá, a quién se debe la recuperación y reediciòn del poemario ORO DE GUACA de Luis Felipe Pineda Olascoaga, con el auspicio del Congreso de la República. Luis Felipe Pineda fue quién le dio el puesto de Telegrafista a Efraín Alvis en 1934 en la época del presidente Olaya Herrera y Dámaso Ojeda de alcalde lo posesionó. A esta posesión vino Luis Felipe con Pedro Pérez Aicardy y Vicente Carlos Fernández Pineda de San Andrés de Sotavento. Eran bebedores. Con el pasar del tiempo Efraín fue cultivando la poesía y especialmente el Soneto clásico, quizás bajo la influencia y admiración de su mentor “El Poeta Pineda”, como se le decía en su época al autor de ORO DE GUACA.
EL BARDO PINEDA: Es Luis Felipe Pineda Olascoaga, poeta, periodista y político de renombre, autor de ORO DE GUACA (1936), PRIMICIAS (1910) e ISLA DE ORO (1912), en cuya memoria se realiza anualmente el ENCUENTRO DE DECLAMADORES Y POETAS. Nació en Chinú, el 18 de mayo de 1891 y falleció en Cartagena el 20 de agosto de 1961, a la edad de 70 años. De 1934 a 1939 se desempeñó como Senador de la República. En el periodismo fue director de la revista ATLÁNTIDA de Cartagena, donde fundó la revista cultural ANTENA; colaborador de la prensa capitalina, principalmente del diario EL TIEMPO, fue presidente de la Cámara de Representantes en 1936, durante el primer período presidencial de Alfonso López Pumarejo, en la época de La Revolución en Marcha. Por estas calendas llegó a Bogotá el presidente y escritor venezolano Rómulo Gallegos para presentar sus libros “Canaima” y “Doña Bárbara”, siendo esta última llevada el cine mexicano en 1943, bajo la dirección de Fernando de Fuentes, con la actuación de María Félix y Julián Soler, quienes hacían de Doña Bárbara y Santos Luzardo. Rómulo Gallegos co-escribió el guión cinematográfico, pues se encontraba asilado en México por esos días, debido a problemas políticos en su país. De la novela Canaima podemos decir que ha sido llevada a la televisión y se hizo tan popular que el juglar Alejo Durán la menciona en una de sus canciones.
EL GRAN MORATÍN: Es don Manolo Mora, cuyo nombre completo era Manuel Lucío Mora González, Telegrafista Jefe de Ofcicina en Chinú y poeta. Fue quien le enseñó la telegrafía a Efraín. Mora nació en Corozal.
Alguna vez que Efraín duró quince días sin ir al trabajo Manolo Mora le compuso la siguiente décima o espinela:
Mi distinguido Efraín
Discípulo muy amado
Que adversidad o que hado
Pone a tu cariño fin
Deseo que se acerque sin
Que le acometa la duda
Sepa usted que a mí me escuda
Como bendición del cielo
Tener siquiera el consuelo
De alentarme con su ayuda.

Sin demorarse mucho Efraín (Alvis Bettín) le contestó a su jefe Manolo Mora (EL GRAN MORATÍN) con otra espinela no menos picante:
Maestro bien apreciado
Usted no dude que nunca
El cariño ingenuo trunca
Ni la adversidad ni el hado
No porque yo haya estado
En estos días distraído
Piense usted que yo lo olvido
Cuente siempre con mi ayuda
Porque a mí siempre me escuda
La fe en usted mi querido .

Esto fue en 1925, cuando Efraín sólo tenía quince años de edad, si se tiene en cuenta que nació en 1910 el día 8 de agosto. Recordemos que aprendió la telegrafía a los 13 años con Moratín; lo que viene a demostrarnos que a muy temprana edad ya tenía inquietudes poéticas y seguramente alternaba también de manera directa o indirecta en las tertulias literarias que al calor del trago o de unas cervezas frías sostenían estos personajes. Además, Evaristo Bettín Guerra, quien se casó con una dama corozalera de nombre Rosa Luisa Diago Bustillo, era tío de Efraín y secretario de Don Pedro A. Vergara, el autor del poema “Despedida”, en su condición de Juez de la República. Y Don Manolo Mora también era corozalero, de la misma tierra de la esposa de de su tío Evaristo. Por el año 1936, más o menos, Efraín fue trasladado a Cartagena de Indias y vivió en el Barrio de Manga con la familia Bettín-Diago y sus primos Pepe, Enrique, Mariano, José Evaristo, Rosita y Fredy. Esto le permitió acercarse a algunos círculos literarios y a ciertos periódicos de provincia como EL FÍGARO y EL MERCURIO, que abrían sus páginas pródigamente a estas inquietudes intelectuales, lo cual aprovechó al máximo en la ciudad heroica o corralito de piedra.
ESTEBAN: El nombre de este personaje era Esteban Betín. Le decían el pálido. Muy ocurrente. Gallero y finquero. Padre del Nene Betín (bastante barrigón) y de Don Víctor Miguel Betín Ramos. Liberales. Esteban estaba casado con Josefa Ramos, quien era hermana de Casildo Ramos, padre de don Tomás de Aquino Ramos, y de Don Néstor Ramos González, en su época el ganadero y hacendado más rico de Chinú y uno de los más ricos de la región. No dejó descendencia con su esposa doña Edelmira Oviedo. De acuerdo con su testamento, elaborado por el doctor Julio Simón Salgado Vásquez, hermano de Don Valo, sus herederos fueron en su mayoría sobrinos, entre ellos Víctor Uparela Ramos, empleados de su finca y particulares muy cercanos a sus afectos. Conforme a los decires populares y de unas décimas costumbristas de un talentoso repentista de apellido Sornoza, que fue guarda de rentas en Chinú, a la bolsa de su herencia la bautizaron “La Piñata”, de la cual no le cayó
“ni un tiestico” a Eloísa Pineda, la esposa de don Carlos Eugenio Castillo Torrente, que era sobrina de la señora Concha Pineda, primera esposa de Néstor Ramos González, según decía irónicamente, su sobrino político en sus momentos de bohemia feliz. Edelmira Oviedo fue la segunda mujer de Néstor Ramos González. La casa donde vivía don Néstor Ramos queda al lado de la de Juancho Sarmiento y fue adquirida por Arnulfo Pacheco, exactamente en la calle San Rafael o calle del medio como se le conocía antes, o sea, en la carrera 8 con calles 18 y 19 de la actual nomenclatura, en el Barrio Polo. Su abogado, el doctor Salgado Vásquez, natural de Chinú, llegó a ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional, Supercorte y Presidente del Tribunal de Garantías del Partido Liberal.
NÉSTOR: Es el abogado y constitucionalista chinuano que ocupó los cargos de gobernador del viejo departamento de Bolivar y Ministro de Estado, en la cartera de Minas y Petróleos. En el diccionario de personajes históricos de Cartagena, de Juan Dáger Nieto, publicado el año 2001, se consigna textualmente: “Pineda Pineda, Néstor. Abogado. De Chinú (1902-1962). Sucedió a Obregón este abogado que hizo un gobierno de progreso. Se encargó el 21 de febrero de 1941 y se separó del cargo el 31 de octubre del mismo año, en que fue nombrado Ministro de Minas por el presidente Santos.(Eduardo Santos,tío- abuelo del actual presidente de la República Juan Manuel Santos: 2010-2014). Nestico, hijo de Néstor y Chave Pineda fue dueño de la finca BUENOS AIRES, vendida a don Simón Baena, natural de Cartagena. Don Simón tuvo dos o más hijas en Chinú. Lilia Baena Villadiego y Leonor Baena Pérez. Esta última con la señora Edelmira Pérez, la mamá de Irma Escobar y Alfonso Castillo. La finca BUENOS AIRES se la compró a don Simón Baena, Manuel Monterrosa Macea, casado con Helena Betín Guerra, hermana de Evaristo, Walditrudys, Alberto y de Catalina, la madre de Efraín Alvis Bettín. Don Manuel Monterrosa le vendió Buenos Aires a Rafita Ordosgoitia, en parte, para saldar una deuda económica que tenía pendiente con él. En la actualidad pertenece al médico José Rafael Ordosgoitia Díaz, conocido como “el doctor Puchungo”, uno de los hijos y herederos de Rafita.
En cuanto al Obregón a quien sucedió Pineda Pineda en la Gobernación de Bolivar, tenemos que se trata del doctor Manuel F. Obregón, quien según registra el historiador Dager Nieto en el citado diccionario de personajes, fue tres veces gobernador de su departamento y tiene a su haber importantes obras de desarrollo, entre ellas la carretera Cartagena-Turbaco-Tolú-Sincelejo-Sampués-Chinú-Sahagún. En esta última población vivió un romance secreto con una distinguida dama, lo cual permitió la extensión de la vía hasta este lugar, para poderse escapar con mayor facilidad desde Cartagena y cumplir sus citas amorosas ocasionales, conforme relata en una graciosa columna el periodista Gustavo Tatis en El Universal. Conocimos alguna vez el texto de un curioso y anecdótico telegrama, que infortunadamente se nos extravió, enviado desde Chinú por José Vicente Hernández de León al gobernador Obregón, declinando un nombramiento que éste le hiciera y agradeciéndole, que decía en sus inicios, más o menos: “Doctor Obregón, Cartagena, no vivo de puestos públicos, aceptar tan honrosa designación…” . Hasta aquí recordamos. Si alguno de los familiares o amigos de José Vicente Hernández lo conserva, le rogamos hacérnoslo llegar para publicarlo.

El mismo doctor Obregón fue dueño de la finca “Peña”, frente a “Buenos Aires”, donde debe quedar o quedaba el pozo de Peña, colindante con el terreno donde se encuentra el olvidado viejo Pozo de Molina y perteneciente a la misma microcuenca hídrica.
Volviendo al Ministro Pineda Pineda, nos encontramos con un recorte de prensa de la Sección HACE CINCUENTA AÑOS del diario El Universal del miércoles 1º de septiembre de 2010, que registra la siguiente noticia: “Jueves 1º de septiembre de 1960. Néstor Pineda no acepta la Rectoría de la Universidad de Cartagena. El doctor Néstor Pineda Pineda, designado Rector de la Universidad de Cartagena por el Consejo Superior universitario no aceptará el alto cargo por razones estrictamente personales, según lo manifestó telefónicamente ayer a El Universal. El doctor Pineda nos manifestó –para responder a una llamada nuestra- que había estado estudiando la manera de superar poderosos obstáculos de orden personal, para aceptar la Rectoría de la Universidad de Cartagena, a la cual se encuentra ligado por grandes vínculos intelectuales y afectivos. El doctor Pineda Pineda dijo que la designación se produjo en momentos en que se prepara para hacer un viaje de salud a Estados Unidos, y cuya duración no puede anticipar. El insigne jurista y hombre público dijo además, que le hubiera gustado en otras circunstancias, haber aceptado, pero que las aludidas razones personales muy poderosas, lo obligan a no aceptar la honrosa distinción hecha por el Consejo Superior Universitario”.
OCTAVIO: Era don Octavio Castillo Corena, padre de los hermanos DiazGranados, quien tuvo una tienda en el Balcón de los Ojeda, al frente de la Plaza Nueva, hoy parque principal, contiguo a Los Portales de la Familia Vélez, actual Palacio Municipal. Don Octavio se casó con Doña Flor Granados, al parecer de San Marcos, a quien todo el pueblo conocía como La niña Flor, quien era muy trabajadora, con quien tuvo varios hijos: César Eugenio, médico, María del Socorro, Nohora, casada con el doctor Lucho Montoya, José Rafael –Pepe o Josepe- y Tavo. Vivieron en una casona de palma, diagonal a la Plaza Vieja, que quedaba al frente de la casa de don Víctor Callejas Ruiz, adyacente al Club Palatino, que Don Miguel Marsiglia, descendiente de italianos, vendió a Manuel Alvis Betín, quien era hermano de Efraín. Don Víctor Callejas se casó con la Niña Concha Figueroa (Concepción) y tuvieron varios hijos: Truady, Ciro, Leticia y Angela, a quien decían Gelo o Gelito. Antes de casarse con la niña Concha don Vìctor tuvo a su hijo mayor, Néstor Callejas, padre de Néstor Callejas Vega, el fotógrafo y otros hermanos. Conforme a otros datos, Gil Corrales, de Lorica, casado con Sol Marsiglia Pineda, hija de Don Miguel Marsiglia e Ignacita Pineda, fue quien vendió el Bar Palatino a Manuel Alvis, pero antes se lo había ofrecido a César Burgos Cerra, dueño de la Farmacia Santa Lucía, que quedaba en la calle de los negros.La casa del Palatino era de palma en esa época, y al parecer pertenecía a Carolina Marsiglia, familiarizada con el general Uparela. Carolina era hermana de Miguel Marsiglia y de Don Horacio, quien fue Tesorero Municipal. Vivía en una esquina de la plaza vieja, en donde quedó después la antigua bomba de gasolina de Domingo Fadul Luis, conocida como Estación Mecha No.4.
EL NENE BETIN: Hijo de Esteban, a quién menciona Don Pedro A. Vergara en su poema DESPEDIDA como el pálido Esteban.
En la tercera estrofa de su poema menciona Don Pedro a otros personajes: Lino y Chachán, el buen don Mercado, Julio Espinosa y el ínclito Abraham, quienes merecen otro capítulo.
Todos los personajes nombrados en el poema DESPEDIDA, dan para escribir una extensa crónica o historia paralela de Chinú, enfatizando naturalmente en las tertulias de bohemía poética del Chinú de los enigmáticos AÑOS VEINTE del siglo pasado, que “padecimos sin vivirlo”, según palabras de nuestro Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, y que fueron forjando y definiendo UNA FISONOMIA Y UNA TRADICION LITERARIA que le permitieron a esta comarca destacarse y gozar siempre de una merecida fama como ciudad culta y alcanzar el dictamen de “Ciudad Ideal” por el don de hospitalidad y alto grado de caballerosidad que distingue a sus moradores… SEGUIREMOS ESCRIBIENDO (!).

PERSONAJES DEL POEMA DESPEDIDA