En uno de sus apartes, nos dice el Dr. Emiro:
"Una de las facetas principales de Misia Soledad fue LA DECLAMACIÓN, que ejecutaba permanente y magistralmente, paseando por pasillos y aulas e inculcaba a sus alumnos...
Poemas como El Diluvio, Cuál, fueron armas de combate en su enseñanza. Oirla declamar de Juan de Dios Peza:
¿Cuál ha de ser Dios mío?
Yo al esposo miré y él me miró,
querido Juan que me ama todavía
con la misma ternura de aquél día
en que el cielo bendijo nuestra unión...
deleitaba y entusiasmaba... Algunos de sus alumnos recibimos de ella esa influencia y su inclinación por la Declamación y a su vez por la Poesía..
.
Nos agrega también el Dr. Emiro, qué murió en esta misma ciudad de Chinú el 17 de agosto de 1972, en estado de pobreza absoluta, abandonada de casi todas aquellas personas a quienes ayudó a educar, ... y sólo el altruismo de Don Andrés Vélez, quién les entregó una casa para vivienda, ... el Hospital San Rafael, quien la recibió enferma durante tres meses, de donde salió por petición expresa de su esposo, ... y la compañía casi constante de su incondicional Leopoldina Ruíz Martínez y sus hijos... Al mes de su salida del Hospital, falleció en su casa de habitación...
Como dato curioso es de recordar que su esposo, Don José, desapareció también a los diez días de fallecida ella... y algunos consideran que hubo un compromiso entre ellos por su intenso amor, ... ya que en agosto de 1965, al cumplir 52 años de casados, Don José le envió esta nota:
"Ya la nieve de los años nos hace mirar muy de cerca los estrados de la eternidad, pero nos queda la fe en Dios que alimenta los últimos pasos que damos en la vida, unidos por lazos indisolubles de fraternal e incomprable afecto por más de media centuria... Que Dios nos vea para que juntos podamos viajar al sepulcro"... José.... "
Un final como de novela... decimos nosotros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario