jueves, 8 de agosto de 2019

"ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS" - Publicado en CARIBEÑO-Vol.1 Número 1- Juntas Regionales de Cultura de la Costa-Página 12-Sincelejo, Mayo de 1987- Gerente Manuel Huertas Vergara- Auspiciado por Colcultura - Seleccionado por la Junta Regional de Cultura de Córdoba presidida por José Manuel Vergara Contreras del Grupo El Túnel de Montería.



“ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS” :
¿UNA BIOGRAFÍA DE LA PROSTTUCIÓN?

Por RÚBER BURGOS ALVIS
Grupo Takasuán

“… No me  cuentes nada de tu vida, ya lo sé todo – dijo Petrona Gamarra”.

Con estas palabras crudas y directas, expresadas dentro del ambiente sórdido de un prostíbulo de mala muerte, la veterana “mujer de la vida y de la muerte,  hembra quemada en el fuego implacable de la putería” evitó que Sirena, el personaje central, tierno y trágico de la novela, le contara de entrada sus “más intrincados vericuetos personales”, su historia; porque la verdad, todas las putas tienen su historia, increíble, triste y cándida.

Y al lado de ellas, también nosotros hemos vivido y escrito fragmentos de nuestra propia historia. De cualquier modo, nuestra vida y la de ellas, entrecruzadas, se constituyen en una especie de vidas paralelas. Quién, en su adolescencia, juventud o en cualquier época de su trasegar por este mundo – me refiero al sexo masculino – no ha frecuentado las casas de cita, encierro, el viejo “cabaret” o prostíbulo, reservado o como quiera llamársele. Quién no ha pasado por esos lugares descritos literalmente por José Luis Garcés y ha hecho por lo menos sus primeros ensayos y entrenamientos amorosos y hasta su curso acelerado de cabrón, luego de divorciarse con las burras después de la edad del desarrollo; porque cuando uno “ya acaba y bota leche” (primeras eyaculaciones) las cosas son a otro precio y hay que ponerles rivales a las cuadrúpedas en ese afán de calmar deseos irreprimibles?.

II

Empecé a leer el libro, gentilmente prestado por Delfina de Otero, la esposa del caricaturista, y confirmé lo dicho por Carlos Morón, que él, José Manuel Vergara y Raymundo Berrocal, se lo leyeron de un solo tirón.

Al de Jorge Otero no se le nota un quiebre en las puntas de las hojas. Y no es que no lo haya leído sino que es la muestra de no haberlo cerrado hasta no llegar a la última página, para comentarme después: ¡Es que esa es en parte la historia de mi vida, no joda, … qué delicia las putas! .

Yo, personalmente, que tardo un promedio de tres meses leyendo un texto de doscientas páginas y estaba a punto de renunciar definitivamente a la lectura por esa lentitud invencible para mí, considero que batí record, pues, sin exagerar, lo devoré en seis horas.





III

Y no es que se trate – quiero aclararles – de una novela de contenido obsceno, pornográfico o inmoral que deje traslucir algún tipo de aberración sexual. ¡Nooo!... Es el tratamiento de un tema tocado con profundidad y absoluto realismo sin descuidar, naturalmente, la estética literaria. No puede sacrificarse la objetividad por culpa de los prejuicios y  temor a la mojigatería.

La prostitución o profesión horizontal es el oficio más antiguo del mundo, antiguo como la vida misma. Nos viene desde los albores de la humanidad cuando los primitivos caldeos la confundían ingenuamente con la hospitalidad y entregaban al forastero recién llegado la esperanza, el alimento, el pudor de la esposa o la virginidad de la hija, pues se imaginaban que el andarín podría ser una deidad desconocida. Entonces le dieron a esa forma ingenua de prostitución hospitalaria la elevada dimensión sagrada que obligaba a toda mujer nacida en la patria a ir una vez en su vida al templo de Venus para entregarse en él a un extranjero.

En nuestro medio, tal como se ejerce actualmente por gusto, por placer o por necesidad debe dársele el carácter de fenómeno sociocultural que, sin tratar de justificarlo, hay que encarar como un hecho cierto e innegable, pues es un producto social.
En las condiciones descritas por el autor de la novela, la prostitución a la larga, en este tipo de prostíbulos entre agradables y sórdidos, se convierte en una forma de esclavitud. Aquello que pudo o puede iniciarse como buscando una vía de escape puede transformarse fácilmente en la purga de una condena perpetua. Desde luego que el subdesarrollo tiene su incidencia.

Nótese en un aparte de las páginas 17 y 18 de la obra: “Luego de un intercambio de lágrimas, desocupadas ambas, quizá más la vieja, Sirena dio muestras de que estaba dispuesta a modificar su decisión, pero Petrona Gamarra, antigua domadora de presagios, se le adelantó para decirle lo que sería una definitiva: -- Nosotras no tenemos la culpa, pero la putería se hizo para las mujeres pobres. Y ya Sirena no tuvo otra alternativa, se dejó ir, conducir por la vieja a un cuarto situado después de la sala, y en ese cuarto, sentada en una cama, acabada de levantar, librándose del aburrimiento que producen los sueños diurnos, una mujer a quien Petrona Gamarra le señaló diciéndole: “Es Rosa y será tu compañera de cuarto… tu cama es la que está contra la pared…”
Obsérvese que ya su destino empieza a depender de la voluntad ajena, de la fuerza de las circunstancias y su vida deja de pertenecerle.

Sirena no sólo es la descripción de la prostituta de barrio de mala muerte, es un personaje construido con retazos de vida pobre, fiel retrato del marginamiento social, del suburbio, de la periferia de cualquier ciudad, de cualquier pueblo. Con sabor a tercer mundo y su secuela de viejas lenguaraces que hablan hasta por  los codos con el sólo propósito cotidiano y frustrado de ganarle la pelea a la mala situación.
IV

La obra está clasificada ya por los críticos del interior como una novela de ficción, cuán alejados están. Su contenido refleja la realidad más dura y más patética de los desarraigados.
Se confirma una vez más que la magia del Caribe permite confundir la realidad con la fantasía.
La Petrona Gamarra de Garcés es la misma Pilar Ternera de Cien Años de Soledad.

Si usted lee en la página 32 de la novela de García Márquez, Editorial La Oveja Negra, encontrará que Pilar Ternera, la mujer por la cual José Arcadio se sintió atraído y que lo llamó a su casa haciéndolo entrar en el dormitorio con el pretexto de enseñarle un truco de barajas, comenzaba a interpretar la suerte con las siguientes palabras: “Por los caminos de la tierra y los caminos del mar, para dentro de tres días, tres meses o tres años”.

En la página 24 de Entre la Soledad y los Cuchillos encontrará que al leerle la suerte Petrona Gamarra a Sirena le dice: “Un hombre alto, blanco y velludo te piensa y vendrá a ti dentro de tres días, tres semanas o tres meses”.

Igualmente en la página 340 de Cien Años de Soledad se lee: “La inquebrantable abuela, que había llegado a los cien años al frente de un burdelito clandestino consultó el asunto con las barajas”, y en la página 383: “Un siglo de naipes y de experiencia”.

Y no piense usted que se trata de un gazapo. Solamente ocurre que en estas tierras de Macondo, esa especie de matronas de burdelitos pobres forman un binomio o dúo inseparable con los naipes

En nuestro querido pueblo de Chinú, un rincón de América Latina, tuvimos a la inolvidable y gratamente recordada Clara Uribe. Cómo la recuerdo ahora, sentada al frente de su viejo y fresco caserón de palma y corredores altos, en cuyas camas de tijeras dejamos derramados los primeros amores y humores de juventud. Es nuestra Pilar Ternera y nuestra Petrona Gamarra. También usaba las barajas que recortaba del reverso de las cajas de fósforos Indio para adivinar el porvenir de las damiselas recién llegadas que venían para calmarnos las urgencias sexuales, empezando siempre sus sesiones de cartomancia con la imprescindible frase: “Para dentro de tres horas, tres días o tres semanas”. ¡Permítanme exaltarla, rindiéndole culto a esa vieja con merecida solemnidad!.

Clara Uribe, también como Petrona Gamarra, terminó sus días debatiéndose entre la tristeza y la felicidad producida por el estado crepuscular en que convergen la demencia, el delirio y la cordura de los años seniles, evocando sus fiebres de sábado por la tarde.




V

Volviendo a la novela de José Luis, es en verdad una bella historia matizada de ternura y  nostalgia, de tristezas y odios, de crítica y diagnóstico social de una tangible realidad como la miseria de los barrios pobres, los sectores marginales de la población, un poco la historia del viejo Montería, su San Jerónimo de los Charcos, el contraste de su desarrollo urbano desordenado, sucesos políticos de la región, del país, del continente, con hermosas perlas incrustadas de la mitología del Sinú y sus tierras feraces como son los pasajes legendarios de sus deidades y divinidades Manexca y Onomá, sin haber perdido la oportunidad que brinda la literatura como fino instrumento para degustar del placer de burlarse a veces de los demás, pues, le he fisgoneado que a través de sus personajes de realidad-ficción le ha jugado bromas pesadas a sus amigos más próximos.

Para finalizar, quiero preguntar al exgobernador Casio Obregón Nieto, con quién en alguna ocasión tuvimos la oportunidad de tratar furtivamente el tema de la prostitución: ¿Estará desapareciendo el cabaret como institución…?

Chinú, julio 21 de 1985.

Publicado en el semanario AGENDA NOTICIOSA – Sección Culturales – Coordinada por Jorge Otero Martínez - Montería, miércoles 31 de julio de 1985.

Publicado en CARIBEÑO-Vol.1 Número 1- Juntas Regionales de Cultura de la Costa-Página 12-Sincelejo, Mayo de 1987- Gerente Manuel Huertas Vergara- Auspiciado por Colcultura - Seleccionado por la Junta Regional de Cultura de Córdoba presidida por José Manuel Vergara Contreras del Grupo El Túnel de Montería.

"ENTRE LA SOLEDAD Y LOS CUCHILLOS" : ¿UNA BIOGRAFÍA DE LA PROSTITUCIÓN...? Por Rúber Burgos Alvis - AGENDA NOTICIOSA - CULTURALES ...Publicado  ruberburgosalvis.blogspot.com/



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