domingo, 28 de agosto de 2011

CON EL PERDON DE LOS PÁJAROS

GIROSCOPIO.

CON EL PERDÓN DE LOS PÁJAROS
Por Rúber Burgos Alvis

“Oh los pájaros milagrosos de la infancia/
que me llenaron el alma de trinos”/
José Manuel Vergara
Del libro Soledades.

Ícaro, personaje de la mitología griega, hijo de Dédalo, huyó con su padre del laberinto de Creta con la ayuda de unas alas pegadas con cera. Habiéndose Ícaro acercado demasiado al sol se derritió la cera y cayó al mar.
— o —
CON EL PERDÓN DE LOS PÁJAROS es el título sugestivo de un libro de poemas publicado por Ediciones COL-CUC (Colombia Cultural Council) de New York en mayo de 1996 y su autor es Gustavo Tatis Guerra, un poeta obsesionado de los pájaros.
— o —
Los días tibios de primavera serían muy tristes si faltasen los pájaros, ha dicho un poeta argentino en un verso titulado PRIMAVERA EN EL MUNDO DE LOS PÁJAROS.
— o —
En las últimas tardes, contemplando al aire libre el fascinante espectáculo de bandadas de golondrinas que en alegre murmullo, caen por millares en vuelos sincrónicos y veloces sobre los árboles frondosos y frescos de los parques, extasiado, trato de descifrar el hechizo maravilloso que ejercen y hago un intento por comprender a los poetas que se obsesionan y alucinan con la presencia exótica de esos diminutos y extraños seres entre mágicos y reales que nos ha regalado la creación, que se precipitan en una torrencial e incontenible lluvia de pájaros.

Sin embargo..., me estremezco y sobrecojo al enterarme de que mentes insensatas, en proceder absurdo, con el beneplácito y complacencia de especímenes de altas esferas locales propician el bochornoso acto, no digno de personas cuyo nivel social no permite tal comportamiento, de dispararles recámaras, voladores y cohetes de pólvora para espantarlas y luego, por efectos de la onda explosiva de la cruel pirotecnia, se desgajan en racimos gravemente heridas y lastimadas en su inofensiva existencia.
— o —
Contrasta esta inverosímil actitud con el sensible aprecio que los cartageneros sienten y expresan con sincero entusiasmo a sus “Mariamulatas”, hasta tal punto que el maestro Enrique Grau erigió en su honor un monumento al que le ofrendan artistas, músicos y poetas, canciones, conciertos y recitales en la plaza, en compañía de turistas nacionales y extranjeros, con el fin de enaltecer a estos pájaros misteriosos de la bella ciudad amurallada.
Gustavo Tatis nos dice en su poema PÁJAROS, que éstos : “Vigilan la edad del agua/ conocen la sed del cielo/ la errancia del viento/ los ojos de la tormenta/... emisarios de Dios/ llevan la memoria de la ciudad en las alas/. “

Y nos agrega en otro de sus poemas bajo el título HISTORIA DE UNAS ALAS:

“Cada uno de nosotros tiene la sombra de/ las alas que perdió”./
— o —

Volviendo al tema de las golondrinas derribadas nos preguntamos con verdadero asombro:

¿Cuántas alas rotas? ... ¿Cuántas alas perdidas...?
— o —
Resulta no tan sencillamente curioso, que mientras aquí se ensaya un insólito plan de exterminio en contra de este pequeño pájaro que ha acompañado al género humano desde la cueva prehistórica, mediante acciones que al parecer contienen rezagos de intolerancia e instintos depredadores; en el otoño de l974, cuando el mal tiempo reinante en Suiza, los Alpes y los Pirineos impedía el paso hacia el sur de las golondrinas, muchas de las cuales caían al suelo extenuadas; en un intento de paliar las consecuencias de la ola de frío se organizó toda una operación de salvamento en la que las aves, tras ser capturadas por voluntarios e instaladas en cajas, fueron trasladadas por vía aérea a Italia y España, donde se les soltaba para que prosiguiesen su viaje.
— o —
Recuérdese que éstas son aves migratorias que anualmente recorren grandes distancias que van desde las templadas costas ibéricas meridionales en dirección noreste hasta alcanzar el corazón de Rusia, casi cinco meses después de hacer su aparición en España, tras cruzar el estrecho de Gibraltar e iniciar su anual invasión al continente europeo a partir de los últimos días de enero, antes de la primavera. A Francia arriban a principios de marzo y en el transcurso de abril hacen su aparición en la mayoría de los restantes países. El movimiento de partida más intenso tiene lugar en el mes de septiembre, pero la migración escalonada empieza en julio. Algunas pasan sus vacaciones de navidad en América Central o del Sur o se conforman con quedarse y criar sus polluelos en el sur de los Estados Unidos. Otras que han pasado el invierno en las laderas de los Andes vuelan como toda golondrina aventurera a hacer sus nidos en Canadá, Alaska, la bahía de Hudson o del Labrador y muchas recorren rápidamente 8.000 kilómetros o más, para llegar a su residencia de verano.





Prosiguiendo con los poemas de Gustavo, nótese la siguiente reflexión:
“Está claro y comprobado que todo hombre al principio, era un pájaro./ No hay testimonios del día en que perdió para siempre sus alas./”

Me pregunto entonces, de dónde los temores, por qué tanto egoísmo con unos simples pájaros trashumantes... Qué tantas incomodidades causan... De dónde el afán por negarles y disputarles un espacio natural que se merecen ellos más que nosotros... Será que, como nos dice Gustavo en la continuación de HISTORIA DE UNAS ALAS:
“Algunos creen que fue un castigo/
Por creerse más pájaro que todos los pájaros.”/... (?)
— o —
El autor del libro que nos ocupa refuerza sus reflexiones poéticas utilizando a manera de epígrafes fragmentos como los siguientes:
“Anduve pidiendo limosna entre los pájaros y me dio cada uno una pluma” (Marin Sorescu)

“Vale la pena haber nacido/
sólo por oír pasar el viento/”
(Fernando Pessoa)
— o —
Pero... ¿quién es Gustavo Tatis, a más de ser un poeta obsesionado con los pájaros?

Empiezo por decirles que nació en Sahagún – Córdoba – Colombia en 1961. Periodista vinculado al diario El Universal de Cartagena desde 1984. Uno de los fundadores del Grupo de Arte y Literatura EL TUNEL de Montería. Libros publicados: “Conjuros del Navegante” 1988. “El Edén Encendido” Poesía 1984. Ha sido antologado en “Panorama Inédito de la Poesía Colombiana”. Procultura 1986. “Estado de Sitio y otros Cuentos”. 1992. “Con el Perdón de los Pájaros”. 1996. “Crónicas de una Ciudad Amurallada”. 2002. Recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolivar 1992. 2º Puesto en el Concurso Nacional de Cuento “Carlos Castro Saavedra”. 1990; entre otras meritorias distinciones.

El 2 de octubre de 1996, invitado por su tía Gilda Guerra de Revollo, con ocasión de las Bodas de Perla del Colegio Nuestra Señora del Carmen, tuvimos la oportunidad de asistir a la conferencia LA LITERATURA: UN MISTERIO GOZOSO, que gentilmente ofreciera a estudiantes y profesores del plantel, en donde presentó su libro CON EL PERDÓN DE LOS PÁJAROS, recién editado en Nueva York.
— o —
Columnistas prestigiosos se han referido a él y a su obra poética y periodística en términos acertados, reconociendo sus calidades humanas y literarias. De ellos destacamos las notas “Alguien Vigila los Navíos” de Félix Turbay Turbay y “Responsabilidad Ecológica” de Gustavo Pérez Ramírez, publicadas en El Universal.
— o —
“Si usted logra un día toparse en Cartagena con un hombre joven y asustado que investiga las razones que tiene el viento para zumbar entre los árboles, o el motivo por el cual las ventanas de una casa antigua desatan controversias con el tiempo del mundo, o la forma de abrazo de los puertos frente a la algarabía secreta de los mástiles, sabrá de inmediato que se trata de un funcionario de la libertad de los sueños y, concretamente, de Gutavo Tatis Guerra... Van a decírselo a usted los vecinos de las murallas, los alimentadores de nostalgias que deambulan por las calles sin prisa ni cansancio, las vendedoras de frutas, los habitantes de los parques y, de pronto, los pájaros... (!)”. (Félix Turbay Turbay – “Alguien Vigila los Navíos”).
— o —
“Esperamos que llegue el día en que, como escribe Gustavo Tatis Guerra, con tanto lirismo: el hombre sostendrá una larga y tierna conversación con los árboles, y encontrará en ellos, sus esperanzas, sus agonías, los dioses ambulantes en las ramas y en las raíces... Entonces habrá debates, congresos mundiales para debatir el destino de la rosa, el esplendor de los crepúsculos, el calor de las auroras... Cada hombre velará para que el día sea un milagro, un regalo de los dioses...”. Gustavo Pérez Ramírez – “Responsabilidad Ecológica”
— o —
Estas y otras razones son suficientes para pensar que Gustavo, al igual que Ícaro y otras tantas personas con deseos de superación, tienen ansias de libertad, de trascendencia, con la diferencia de que en Gustavo Tatis Guerra, las alas no están pegadas con cera, y en lugar de caer al mar... vive frente al mar... el mar de Cartagena de Indias, del Caribe, que es su principal fuente de inspiración, la cual en hora buena, lo ha conducido hacia el éxito, gracias también a su constancia y consagración.
— o —
Y trascender es triunfar, alcanzar los ideales, cruzar a la otra orilla del océano en otros horizontes, como las golondrinas y los pájaros, cigüeñas y alcatraces, gaviotas y otras aves misteriosas y viajeras, que después de atravesar planicies y llanuras, cielos, mares y ríos, montañas y praderas, lluvias y veranos, amaneceres y atardeceres, flores, rosas y pastos verdes, robles y palmeras, pinos y cactus, tunas y magueyes, valles y desiertos, nubes luminosas, riscos, cielos brumosos y cumbres borrascosas, selvas y pampas, pueblos y ciudades, hasta llegar a otras geografías, en un permanente ir y venir inciertos, y encontrar por fin sus residencias y sus nidos, de otoño o primavera, de verano o invierno... procrear en cumplimiento del designio divino de perpetuar la especie, multiplicándose copiosamente para confirmar —con el perdón de los pájaros— la universal y sabia sentencia popular de que “una golondrina no hace verano”.

Chinú, julio 7/9 de 2003.

No hay comentarios:

Publicar un comentario